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Una sociedad que ya no le importa (casi) nada

Leía con atención el comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano, CEM, con relación al artero asesinato de dos misioneros jesuitas y un guía de turistas en la sierra de Chihuahua y solo podía preguntarme si nunca había leído un posicionamiento tan fuerte de la iglesia católica siempre tan complaciente con el gobierno solo porque ahora le había tocado a dos de sus miembros.

Leía con atención el comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano, CEM, con relación al artero asesinato de dos misioneros jesuitas y un guía de turistas en la sierra de Chihuahua y solo podía preguntarme si nunca había leído un posicionamiento tan fuerte de la iglesia católica siempre tan complaciente con el gobierno solo porque ahora le había tocado a dos de sus miembros.

Es un hecho que en este gobierno ya se rebasaron todos las estadísticas de muertes violentas en 4 años en un período sexenal: El gobierno de Calderón ya es casi un auténtico “pecatta minuta” comparado con los nulos resultados que se tienen en seguridad y paz en el período actual.

Es un secreto a voces que el cobro de piso, las extorsiones, el control de regiones enteras de nuestro país y de Baja California, son territorio de los malhechores y sus secuaces.

El poder de corrupción del crimen organizado y el desorganizado, está en todos lados.

Le comentaba el otro día a un funcionario federal de alto nivel que cómo es posible que las broncas que vivimos día a día los ciudadanos estén frente a sus ojos y el gobierno solo esté pensando en cómo ganar elecciones. Porque solo ver la “mañanera” para saber que el principal problema del país parece ser el eliminar políticamente a los adversarios y promover el dedazo al próximo candidato presidencial de Morena. No se habla de otra cosa.

Tantos problemas en todos los frentes y el Presidente sigue en lo único que le sale “bien”: hacer política. Y de la mala, para mi gusto.

Que cambien la estrategia de seguridad, piden los obispos en la CEM, y la pregunta sería si tenemos una. Una pensada para desarrollar al país, porque si de lo que se trata es unificar criterios para que el narcotráfico ayude al gobierno en turno, esa si parece que está saliendo muy bien. Ahí tenemos los muchos testimonios de cómo el narco apoya a ganar a Morena cuando hay elecciones.

Y la situación, aunque es muy crítica, el verdadero problema es que nadie está diciendo nada. No hay voces en la sociedad, en los organismos empresariales, en los liderazgos en general que logre consensos para alzar la voz y lo digamos sin miedo: estamos mal y vamos para estar peor.

La sociedad mexicana está callada, aguantando, sin desplantes de ningún tipo y habría que preguntarse qué es lo que está pasando. Problemas hay y muchos. Espacios para el disenso también existen y muchos. Grupos organizados hay y muchos. ¿Qué falta? ¿Un líder a seguir? ¿Un valiente que se sacrifique?

Por lo que se dice en la política de café, nadie habla de los problemas porque realmente no hay con quién hablarlo. Las autoridades parecen copadas por el narco y si no lo están, parecen demasiado complacientes con las consecuencias de cómo opera el narco.

Ahí es donde me preguntaba algo que le escuché a Joan Manuel Serrat en un video que recién me hicieron llegar y que habla sobre la pasividad de los ciudadanos ¿donde están los valores de la sociedad para afrontar los retos que tenemos? ¿Qué les vamos a heredar a las nuevas generaciones? ¿Hasta dónde vamos a dejar que la corrupción gubernamental y de la sociedad siga filtrándose en toda la ciudadanía?

Preguntas sin respuesta a la luz de lo que uno ve, escucha y lee. Se los he dicho en otro momento, yo nunca estoy en forma personal en contra de ningún gobernante y sus funcionarios. Mis críticas siempre son a su mal desempeño, a su ineficiencia, a sus absurdas prácticas y a su permanente conducta corrupta. Y aquí tenemos tela para cortar a raudales, pero ¿y la sociedad en su conjunto? ¿Porque nos hemos vuelto tan pasivos, tan conformistas, tan agachones?

Y claro, no hablo de los que estiran la mano y ya están recibiendo una beca, un apoyo, una promoción.

La pregunta es hasta cuándo aguantaremos tan malos resultados gubernamentales como sociedad ¿Tendremos una gota que por fin derrame el vaso?

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