La Demanda de ‘Habilidades Blandas’ en un contexto de disrupción global, regional y local

Cada vez es más común escuchar de empresas que contratan personas que no tienen títulos universitarios, pero que cuentan con otros tipos de credenciales: “habilidades blandas”. Las habilidades blandas o socioemocionales resultan esenciales en el periodo de recuperación tras la pandemia y para sortear de mejor manera los retos actuales en las organizaciones. Ejemplos de habilidades blandas son el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptación. ¿Y qué están haciendo las Instituciones de Educación Superior tradicionales en este contexto?.

Las universidades públicas y privadas deben implementar transformaciones holísticas en un mundo de cambios acelerados en el que los conocimientos se vuelven obsoletos rápidamente. La actualidad está plagada de enormes retos y problemas complejos como la pandemia por el Covid-19, la guerra de Rusia y Ucrania, el calentamiento global; es por ello, por lo que el paradigma educativo tradicional no se sostiene.

Además de lo anterior y a raíz de la pandemia las tasas de uso de las tecnologías y la digitalización de la economía se sigue acelerando vertiginosamente. El nuevo ecosistema para el desarrollo de habilidades debe ser una plataforma de innovación constante que promueva el aprendizaje a lo largo de la vida. Surge entonces una habilidad blanda que resulta fundamental para el éxito de una persona, la habilidad de “aprender a aprender” y “aprender a desaprender”.

Actualmente, las organizaciones más competitivas del mundo y del país están demandando egresados con la capacidad de resolver “Problemas Complejos”. Para ello es necesario que los profesionistas desarrollen tres habilidades:

• Pensamiento analítico. Antes de internet y de Google resultaba difícil tener acceso a la información, una persona se tenía que conformar con la bibliografía que existiera en las bibliotecas locales. Actualmente, el problema es otro: estamos inundados de información. Los profesionistas y recién egresados de las universidades deben tener la capacidad de identificar y reconocer la información más importante para la toma de decisiones. Cuando nos enfrentamos a un problema debemos separar y discernir las partes con un razonamiento lógico y de forma innovadora contribuir a dar solución a dicho problema.

• Pensamiento Innovador. La palabra innovación es un concepto que todo mundo repite, qpero pocos entienden, y que se usa como sinónimo de algo nuevo. Pero su definición va más allá, una innovación es una idea aceptada por el mercado, es decir, hay personas que están dispuestas a pagar por una solución a un problema o necesidad específica. Entre la idea y la innovación está la invención de un nuevo bien (algo tangible que nos proporciona utilidad como por ejemplo un ‘smart phone’) o servicio (algo intangible como un nuevo curso educativo para adquirir una nueva habilidad o conocimiento susceptible de ser aplicado). Se dice como regla general que se necesitan cien ideas, para que surjan diez invenciones y de ello resulte una innovación; es decir, una idea aceptada por el mercado. Es imperativo desarrollar un pensamiento creativo en el que estemos generando ideas constantemente.

• Pensamiento Creativo. Desafiar lo tradicional o salir de la zona de confort son parte de las competencias blandas de un innovador, aquel líder o colaborador de una organización que plantea nuevas ideas y brinda soluciones a problemas no resueltos. La creatividad se presenta de muchas formas, así una organización o país con mayor diversidad de culturas y pensamientos será más creativa. Hemos mencionado en anteriores notas editoriales, el boom gastronómico de ciudades fronterizas como Tijuana, Ensenada y Mexicali, que gracias a que confluyen personas de todo el país e incluso de otros países, se fusionan platillos y se innova en los menús de los restaurantes. Una educación muy especializada sacrifica el pensamiento creativo, una educación más holística e integradora de diferentes conocimientos promueve la creatividad.

Las Universidades entraron en dinámicas de procesos de acreditación de la calidad en donde se reconoce que cuentan con estándares mínimos para garantizar calidad educativa. Cuando dichas universidades son acreditadas o certificadas no es necesario que sus estudiantes se titulen haciendo una tesis o trabajo de investigación. Sin embargo, si queremos que nuestras personas egresadas desarrollen la capacidad de resolver problemas complejos, el desarrollo de un trabajo de investigación aplicando el método científico es una condición necesaria.

Por ello, es recomendable promover la realización de trabajos de investigación, la incorporación en proyectos de investigación por parte de todos los estudiantes para que culminen en tesis y con ello, la adopción de más herramientas para enfrentar el complejo mercado laboral con mayores probabilidades de éxito y satisfacción personal.

*- El autor es director de la Facultad de Contaduría y Administración de la UABC, Doctor en Economía por la UABC con maestría en Desarrollo Regional por el Colegio de la Frontera Norte.