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La Purga

Por definición, purga significa “restos que se eliminan en determinadas operaciones industriales” o “expulsión de los miembros, considerados sospechosos o indeseables, de una sociedad, empresa o partido político” y por supuesto que incluye también al gobierno.

Por definición, purga significa “restos que se eliminan en determinadas operaciones industriales” o “expulsión de los miembros, considerados sospechosos o indeseables, de una sociedad, empresa o partido político” y por supuesto que incluye también al gobierno.

Los cambios que ha dado la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, no son cosa normal en un ayuntamiento como el de esta ciudad. Aceptar la “renuncia voluntaria e irrevocable” de un Secretario de Gobierno despierta lecturas preocupantes para la paz y tranquilidad de los que vivimos aquí.

Dicen que en política nada es casualidad y no es poca cosa que esta “renuncia” venga como acto seguido de una serie de muy tenebrosos acontecimientos para nuestra ciudad: los actos de terrorismo de la tarde del viernes 12 de agosto, la marca mensual superada con 100 homicidios dolosos en Tijuana y la intervención del gobierno en un famoso centro nocturno reventando sus operaciones con la suspensión de varias damas que laboran ahí.

Gobernar Tijuana, todos lo sabemos, implica una responsabilidad muy grande, los problemas que hay que enfrentar no son para gente improvisada, producto de una cuota de género, de diversidad, de partido o de cualquier otra estupidez que esté de moda.

¿Qué necesita Tijuana? Un montón de cosas, pero para una situación extraordinaria como la que estamos viviendo, es urgente ejecutar medidas extraordinarias… como una purga.

Sí, una purga, y esta empieza con un buen ejecutador de instrucciones, con un buen Secretario de Gobierno, con un negociador, con una persona capaz de entablar comunicación con todos (buenos y malos) para resolver los retos garantizando paz social, estado de derecho, clima apropiado para las inversiones y generación de empleo.

Creo que no hay persona perfecta, es más, creo que lo que justo esta ciudad necesita es un perfecto imperfecto, alguien que sea capaz de meterse a los drenajes de la ciudad, nadar entre las heces de la política pestilente, reparar la tubería fétida de los desagües y desatorar la repugnante acumulación de basura, vicios, incompetencias y ocurrencias que tienen a esta ciudad empantanada.

El próximo Secretario de Gobierno deberá primero garantizarnos a todos que su objetivo es el hoy de Tijuana y no el mañana de su persona. ¿Se podrá? Yo creo que sí, es cuestión de que Montserrat se decida, busque a su alrededor, confíe y no suelte. Tal vez ahí estuvo el pecado: haber soltado demasiado.

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