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Una Claudia sin gracia

Me subí al tren del “m” este fin de semana pasado y acepté la invitación de la Canacintra y su Presidente, para participar en un encuentro de empresarios con la Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Me subí al tren del “m” este fin de semana pasado y acepté la invitación de la Canacintra y su Presidente, para participar en un encuentro de empresarios con la Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Además de una agenda como de campaña política adelantada y con el obvio uso de recursos gubernamentales en varios eventos del mismo día (cosa que repruebo, por cierto), me interesó conocer de cerca a la que muy seguramente será la candidata de Morena a la Presidencia de México en esta su pre pre pre campaña (no aceptada como tal, pero obvia hasta la pared de enfrente).

Conozco poco de la experiencia y trayectoria de Claudia en el ámbito gubernamental pero una cosa sí me quedó clara, si no fuera por su puesto y el descarado apuntalamiento para levantar su imagen operado por el mismísimo Presidente de la República, podría pasar caminando a un lado de nosotros y no la voltearíamos ni a ver.

Sus cualidades interpersonales son muy básicas, pasa desapercibida, no sobresale con ningún rasgo como comunicadora, publirrelacionista o, peor aún, como política. No es fea pero tampoco sobresale en belleza. No hay un rasgo físico o de imagen que te haga notar su presencia.

Lo que sí me sorprendió fue su claridad mental y su inteligencia. Sabe dónde está parada, tiene claro los temas de gobierno y es evidente que está presumiendo resultados de su gobierno en estos 4 años al frente de una urbe que podría parecer ingobernable.

Lo dijo claramente: escribió tantos ensayos y documentos de investigación como científica que es, que implementar programas de gobierno para eficientar al gobierno y responder puntualmente a sus necesidades, le ha salido relativamente bien, creo yo.

Fuera de su desmedido fanatismo al Presidente López (algunos hablan de sumisión), su forma de expresar lo resultados que ha tenido y los que espera tener, deben ser ejemplo para muchos gobiernos locales.

Tuve oportunidad de hacerle una pregunta de las 10 que le plantearon y ocupó el 50% de su tiempo en responderme: ¿como combinar la relación descentralizada de decisiones con 16 alcaldías pero manteniendo el centralismo que opera en su puesto? Su respuesta me gustó mucho: hay temas que no puedes soltarlos y es mejor mantenerlos en un solo mando.

Me quedó con una mejor impresión de su persona pero con la incertidumbre de saber si su evidente exposición pública en los estados durante el siguiente año y medio, le será suficiente para encabezar una candidatura nacional exitosa con todos los mercados potenciales de votantes y convencernos de que es garante de la viabilidad del país (los que reciben becas y despensas ya sabemos cómo se las gastan a la hora de votar).

Del descarado uso de recursos públicos para apoyarla es un cuento aparte que habría que sancionarlo antes de que se haga costumbre. En verdad es demasiado obvio el uso de recursos de los funcionarios y sus dependencias para apoyarla.

Por lo demás, esperamos que el gobierno local le aprenda en digitalización, disminución de trámites, viabilidad urbana para la inversión extranjera directa, transporte público y sin duda, una relación adecuada con los Presidentes Municipales.

Con relación a su potencial (y casi segura) candidatura presidencial, estoy seguro que la destrozaría alguien como Lily Tellez o Luis Donaldo Colosio, mucho mejores con el micrófono y la atención de las masas, creo yo, cuando menos en el debate de las ideas.

Esperemos cómo evolucionarán las cosas en el siguiente año y concentrémonos en lo importante: hacer un mejor país, no andar en campañas políticas tempraneras.

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