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La reina Isabel II y la Baja

Muy interesante resulta el relato de Mayra Zamudio Gorozave: Una mañana de agosto de 1883, un buzo de la empresa Armadora Ruffo y González S.A., lleno de júbilo mostró a sus compañeros aquella joya arrancada de las entrañas de nuestro mar sudcaliforniano.

Muy interesante resulta el relato de Mayra Zamudio Gorozave: Una mañana de agosto de 1883, un buzo de la empresa Armadora Ruffo y González S.A., lleno de júbilo mostró a sus compañeros aquella joya arrancada de las entrañas de nuestro mar sudcaliforniano.

Don Salomé León Lucero quien fuera el buzo afortunado, le vendió aquella hermosa perla a don Antonio Ruffo Santa Cruz, aquella hermosa perla fue bautizada por don Antonio como “Carmenaida”, en honor a sus hermanas Carmen y Adelaida; después cambió su nombre por el de “La Perla de La Paz”.

Don Antonio decide llevarse la perlas a San Francisco California, donde se la mostró a Sir Anthony Fein, Embajador de Reino Unido, con quien mantenía una bonita amistad. Sir Antony Fein al ver aquella preciosidad, quiso comprarla para obsequiársela por su cumpleaños al Rey Eduardo VII, sucesor e hijo de la Reina Victoria, quien fuera la soberana de Inglaterra durante 64 años.

Don Antonio se negó a vendérsela, sin embargo tiempo después decide obsequiársela él mismo al rey, a través de Sir Fein.

Cuando aquel monarca vio aquella maravilla, se quedó prendado de su belleza y de inmediato mandó llamar a su corte de joyeros y orfebres, quienes por orden real se dirigieron hacia Florencia, Italia, para incorporar a la corona del rey aquella hermosa perla, que según cuentan quienes tuvieron oportunidad de verla, era de un color tan verde como el mismo mar y del tamaño de un limón, lo que derivó en que la nombraran “The Great Lemon” (“El Gran Limón”).

El día de hoy, la corona con la grandiosa perla sudcaliforniana, extraída del mar por don Salomé León, está en espera de ser nuevamente lucida por el siguiente monarca que sería el controvertido Príncipe Carlos de Inglaterra.

Otro hecho que resalta es que después de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, Isabel II se convirtió en la sexta Reina en ser coronada en la Abadía de Westminster.

La comida durante el banquete en la coronación de la Reina Isabel II fue preparada con anticipación; de hecho, se le pidió a la famosa escuela de gastronomía “Le Cordon Bleu” con sede en Londres que hiciera la propuesta del menú.

Fue la florista Constance Spry quien propuso una receta de pollo frío en salsa de crema de curry con una ensalada bien condimentada de arroz, chícharos y hierbas mixtas. Esta receta obtuvo la aprobación del Ministro de Obras Públicas y se pudo ver en el menú de la ceremonia bajo el nombre de Poulet Reine Elizabeth. Hoy en día, se le conoce como el Coronation Chicken o Pollo de la Coronación.

De este menú resalto los “Chicharos” ya que estos fueron cultivados en el Rancho Valladolid de San Quintín, Baja California, México; llevados a San Diego en camión, en tren a Nueva York y en barco a Europa.

Interesantes relatos de la Baja California y la reina Isabel II, quien visitó en dos acciones México y claro que fue a La Paz, BCS, donde fue encontrado “The Great Lemon”.

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