Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

Hacia un Ecosistema de Innovación en Baja California: El papel de las Universidades

Un “ecosistema de innovación” es un concepto para describir la vinculación, interrelación y articulación productiva en donde participan los actores institucionales de la famosa triple hélice

Un “ecosistema de innovación” es un concepto para describir la vinculación, interrelación y articulación productiva en donde participan los actores institucionales de la famosa triple hélice: El gobierno poniendo las reglas y los incentivos, las universidades generando y aplicando conocimiento a través de la investigación científica y el desarrollo tecnológico y las empresas generando innovación en la oferta de nuevos productos y servicios.

Por tanto, un ecosistema es un inventario de capacidades científicas y tecnológicas que interactúan y evolucionan a través de nuevos esquemas de gobernanza. La importancia de las Instituciones de Educación Superior (IES) es fundamental para el avance del “ecosistema” a través del siguiente mecanismo:

Capital humano y habilidades. Mejora el desempeño sistémico a través de capacidades e interacción entre personas de universidades y empresas.

Información científica y tecnológica. Incremento de la eficiencia para el desarrollo de aplicaciones tecnológicas.

Infraestructura con equipamiento e instrumentación. Utilización de instalaciones de manera conjunta (empresas e IES) para procesos productivos y/o de investigación, propiciado por la “vinculación” y “articulación productiva” resultando en disminución de costos.

Redes de capacidades científicas y tecnológicas. Cantidad de científicos y tecnólogos que facilitan la difusión del conocimiento entre los actores e instituciones del ecosistema.

Además de lo anterior que ya por sí mismo es importante, ¿Qué más deben hacer las IES para impulsar un ecosistema regional de innovación? De acuerdo con Gibbons (1997), la mayoría de las IES están organizadas rígidamente, con base en las estructuras de las ciencias disciplinarias. El cambio fundamental de una universidad es promover la emergencia de un “sistema de producción distribuido” en que la generación de conocimiento ha dejado de ser un atributo exclusivo de las IES y la generación de riqueza, un atributo exclusivo de las empresas.

Por tanto y siguiendo con el modelo de Gibbons descrito en su obra: “The New Production of Knowledge” (1997) una Universidad debe trabajar en los siguientes aspectos para mejorar su participación y recibir más beneficios del “Ecosistema de Innovación”:

Pasar de una “producción de conocimiento” basada en disciplinas a multidisciplinaria.

Pasar de la “producción de conocimiento” (publicaciones y artículos científicos) a la “aplicación de conocimiento” (patentes, registros de marca y otras formas de propiedad intelectual.

Pasar de la producción de conocimiento de “practicantes” especialistas a un grupo ampliado.

Pasar de grupos de colaboración “continuos” de líneas de generación de conocimiento a grupos “transitorios” y por proyectos específicos.

Pasar de una “organización” jerárquica a una de control mixto y gobernanza.

Pasar de una “estructura” uniforme a una diversa con equidad de género.

Pasar de una producción de conocimiento en donde la retroalimentación no sólo sea hacia los interesados, sino reflexiva.

La rendición de cuentas no debe ser al gobierno únicamente, por ser este quien provee de recursos principalmente, sino debe existir una rendición de cuentas hacia la sociedad.

Pasar de una producción de conocimiento en donde el control de calidad no sólo sea arbitrado, sino de base amplia.

Lograr lo anterior no es fácil, requiere de un gran esfuerzo por parte de todas las instituciones y sus integrantes. El intercambio, la vinculación, la articulación productiva entre las mismas es esencial para una transferencia de tecnología exitosa. La Universidad Autónoma de Baja California, siendo el principal actor educativo del ecosistema, logra durante la presente gestión del Dr. Daniel Valdez Delgadillo un crecimiento importantísimo (de alrededor de 60 por ciento) en el número de investigadores, pasando de más menos 450 investigadores a 730 investigadores reconocidos por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) sólo en la UABC.

Actualmente, los profesores investigadores que pertenecemos al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) recibimos un estímulo económico mensual adicional a nuestro salario por la productividad científica. Imaginemos un escenario en donde el gobierno federal decide que no es prioridad la investigación básica y termina con el programa de estímulos. El ingreso se podría caer entre un 25 o 30 por ciento en promedio por profesor-investigador. Ojalá no suceda, pero es mejor estar preparados para este escenario, ¿Cómo? Pasando de la investigación básica a la investigación aplicada, desarrollo tecnológico e innovación para la generación de patentes, secretos industriales, etc. que generen nuevos productos y servicios y con ello riqueza y estímulos económicos para todos los participantes.

Es imperativo para las IES del ecosistema pasar de la investigación básica a la investigación aplicada y esto se logrará a través de vinculación y articulación productiva con empresas y emprendedores. Las empresas necesitan del apoyo de universidades para resolver problemas y las universidades de las empresas para convertir el conocimiento en innovaciones y dinero.

Lo ideal es un “ecosistema de innovación” que sigue evolucionando y en donde se desarrollan conversaciones y un lenguaje común para evitar que los profesores-investigadores quieran tratar a los empresarios como alumnos, y los empresarios a los profesores-investigadores como empleados. La pandemia disminuyó la velocidad de las vinculaciones institucionales y la cooperación, por ello, el siguiente gran reto es lograr acelerar una articulación productiva a través de proyectos específicos de generación y transferencia tecnológica.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados