Existir
Somos lo que hacemos
La vida es una lucha continua, todas las especies que hemos existido han sido precedidas por cadenas evolutivas que implicaron el aniquilamiento de prácticamente todas las que nos precedieron. El que usted y yo estemos aquí en este momento obedece a una poco imaginable cadena de posibilidades, por ejemplo, todos nuestros antecesores llegaron a una edad reproductiva sanos y vivos y con ello poder perpetuar la especie, si tan sólo uno de ellos en millones de años no lo hubiera logrado, ni usted ni yo estuviéramos iniciando la lectura del Camelot de hoy, ¡Sea más que bienvenido!
Hace 13,800 millones de años producto de la explosión, con una fuerza inconcebible de una minúscula porción de materia, conocida como Big Bang, se originó el universo; hace 4,500 millones de años se solidificó la masa de gases que originó nuestro sistema solar, nuestra tierra recibió el impacto masivo de un cuerpo del tamaño de Marte, si, aunque difícil de creer esto ha ocurrido en varias ocasiones y nada descarta que pueda volver a ocurrir, producto de ello, se formó la Luna, lo cual fue fundamental para que aparecieran mil millones de años después organismos unicelulares en nuestros océanos y 200 millones más tarde organismos multicelulares, para que hace 600 millones diera lugar una enorme creación de animales prehistóricos y una espectacular vegetación, para casi todo desaparecer producto de un cataclismo global, sobreviviendo sólo los organismos que habitaban en las profundidades de los océanos. Desde que la vida apareció en la tierra se han producido 5 grandes extinciones, la última hace 65 millones producto del impacto de un asteroide con la Tierra en Chicxulub Yucatán, lo que provocó una nube de polvo tan espesa que obstruyó la luz solar durante siglos, lo que ocasionó la extinción de los Dinosaurios; hubo una especie que fue la que más se benefició de esta extinción, un grupo de roedores subterráneos, precursores de los mamíferos y de la raza humana.
Hace 20 millones de años algunos primates empezaron a recorrer el África meridional, las condiciones naturales y el aumento de la capacidad craneal junto con la dieta correcta provocaron que hace aproximadamente 3 millones existiera en Tanzania nuestro primer antecesor directo, el Homo Habilis. Nuestra especie el Homo Sapiens exterminó a otra, el Neandertal, esto es, los humanos ya exterminamos a otra especie humana.
Las grandes transformaciones de nuestro planeta han tenido como base las extinciones de las especies que la han poblado; podemos afirmar que la muerte ha sido una forma de vida; difícil inferir cuántas especies han existido porque se estima que sólo el .01% de los restos de un organismo se convierten en fósiles. Se considera que el 99% de todas las especies que habitaron alguna vez la tierra ya no lo hacen más; para los organismos complejos, como lo somos nosotros, la duración media de vida de la especie es de cuatro millones de años. La extinción es una mala noticia para las víctimas, pero no así para todos, nuestra especie ha sido una clara beneficiaria de ello.
Somos el resultado de miles de millones de posibles combinaciones, tantas que pareciera improbable sin la mano de un diseñador externo, Dios, sin embargo, lo remotamente probable no significa que esto sea imposible, La pregunta es ¿Por qué diseñar una creación que se ha extinguido de manera permanente?
* El autor es empresario y ex Presidente de Coparmex Tijuana.
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