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Mi primer maratón

El próximo domingo, se corre en Mexicali la edición 56 del Maratón más antiguo de México.

El próximo domingo, se corre en Mexicali la edición 56 del Maratón más antiguo de México, el que era antes “Gobernador” y hoy es Baja California. A propósito de este gran evento, hace algunos años escribí un relato acerca de la experiencia de mi primer maratón, precisamente en Mexicali, aquí se los comparto en versión editada.

“Corría solitario, ya no sentía las piernas, el cansancio me invadía, tenía mucha sed, solo me concentraba en seguir la línea de cal en el pavimento, mi mente fija en terminar los 42 kilómetros, no sabía exactamente en cual iba”.

- ¿Ya pasó el 34 o era el 35?

- ¿Qué pasó con los demás corredores? - me preguntaba.

Ya hacía rato que no veía a nadie, ni tampoco un puesto de abastecimiento.

- ¿Me habré equivocado en la ruta?- pensé.

Pero no, había seguido la línea marcada y la señal medio borrada de cada kilómetro.

La poca gente que me animaba a seguir, me indicaba que iba bien, solo era cuestión de aguantar el cansancio y seguir y seguir…

Era un 31 de diciembre en los años 70s y era el Maratón Gobernador en la ciudad de Mexicali.

Varios corredores tijuanenses, la mayoría muy jóvenes, nos animamos a correr por primera vez un maratón, ¿el entrenamiento?...unas dos o tres veces habíamos corrido 15 o 20 kilómetros, nada más, lo demás, la preparación habitual para carreras de 5 o 10 kilómetros y las competencias de pista que a veces organizaba el “Sub” Grijalva en la pista de tierra de la Casa de la Juventud (hoy Crea).

Entusiasmados nos fuimos a Mexicali a despedir el año, emprendiendo esa gran aventura de correr un maratón. Éramos sólo alrededor de 60 corredores. Salí lento, quería guardar energías para el largo recorrido, me sentí bien, fuerte y ágil, pero me preocupe porque pronto perdí de vista a los punteros. - No importa el lugar, solo quiero terminarlo - me dije.

Cuando menos pensé, ya llevaba más de 20 kilómetros y me sentía igual que en la salida, no aparecía el cansancio, pero kilómetros más adelante vi con sorpresa que varios habían abandonado agotados y estaban sentados sobre el camino, ya solo les quedaba animar a los que seguían. Sentí que había recorrido todo Mexicali cuando después de pasar por las calles del centro, pase el kilómetro 30 ya sin la energía del principio, todo me pesaba, las piernas, los brazos, como que de repente no sabía dónde estaba y como autómata seguía esa línea de cal, me imaginaba que iría por ahí en el lugar 20, no estaba seguro. Buscaba un abastecimiento, pero nada, tenía sed y vi un carrito de frutas con el vendedor distraído, apuré un poco el paso y me robé 2 naranjas, (no había otra). Las naranjas que devoré me reanimaron y más porque empecé a reconocer la zona de la unidad deportiva donde estaría la meta.

- Ya falta poco, aguanta - me dije. Por fin llegué tambaleante a la pista de tierra y con sorpresa escuché; - Tienes que dar 5 vueltas más a la pista -

Con trabajos llegué a la meta en el noveno lugar absoluto, mi tiempo fue un poco más de 3 horas, jamás había corrido por tanto tiempo. Al pararme, de inmediato sentí un calambre en una pierna y al caer al suelo, un segundo calambre en la otra. Me atendieron bien y pronto.

Después supe que varios de los mejores corredores del estado habían abandonado, salieron muy rápido al inicio y pagaron caro su inexperiencia. En la premiación me dieron un gran trofeo de noveno lugar, me sentía el ganador del maratón. Para algunos de los corredores tijuanenses que participamos en esa aventura, esa noche hubo una celebración especial, pues aparte de la llegada del año nuevo, celebramos el terminar nuestro primer maratón.

Fue una gran experiencia en esos primeros años del Maratón Gobernador que ahora tiene mucho más participantes, con muchos mejores premios, más seguridad, y abastecimientos suficientes.

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