Elecciones en Paraguay
El mejor gobierno es el que desea hacer feliz al pueblo y sabe cómo lograrlo.” Thomas Macaulay
El pasado domingo se llevaron a cabo elecciones en Paraguay, donde Santiago Peña se impuso con más de 15 puntos de ventaja sobre su competidor inmediato, el opositor Efraín Alegre, que a pesar de que traía la fuerza de muchos partidos, perdió las elecciones. Es importante mencionar que en esta ocasión compitieron 13 candidatos a la silla presidencial, lo cual evidentemente pulveriza el voto y hace más difícil recomponer el tejido social una vez concluida la jornada electoral.
Se trata de un país pequeño, con poco más de 7 millones y medio de habitantes, en donde el 63.24 % de sus electores, salió a decidir el futuro de ese país.
Su historia no es muy diferente a la mayoría de los países latinoamericanos que han padecido dictaduras, guerras civiles o incluso guerrillas. En el caso de Paraguay, la dictadura la protagonizó un militar de nombre Alfredo Stroessner, quien a través de un golpe de estado había destronado al presidente Federico Chaves y se eternizó en el poder casi 35 años (1954 a 1989), hasta que recibió la misma moneda, un golpe de estado que acabaría con su dictadura en 1989 y desde esa fecha se han sucedido gobiernos democráticos en este pequeño país, que junto con Bolivia, son los únicos que no tienen salida al mar.
Cabe destacar que Santiago Peña Palacios, el recién electo nuevo presidente del país y quien cuenta con apenas 44 años de edad, se impuso a otros 12 candidatos a la presidencia, obteniendo más del 40% de los sufragios.
El partido que postula a Santiago Peña es el partido colorado, que lleva setenta y seis años en el poder, con la excepción de un periodo de un gobierno de izquierda entre 2008 y 2012, algo así como el viejo PRI en México, sin embargo la gran diferencia es que el partido colorado de Paraguay es de corte eminentemente de derecha.
De acuerdo a Transparencia Internacional, Paraguay está considerado entre los países con mayor percepción de corrupción, habiendo alcanzado el lugar 137 de 180 encuestados por ese organismo.
Según el análisis que realizaba el New York Times, unas semanas antes de estas elecciones, hacía un balance de los últimos resultados en Latinoamérica, mencionando que en los últimos años, los candidatos de oposición en la zona han ganado 16 elecciones presidenciales organizadas libremente, pero más significativo es el hecho de que y seis de los siete países más grandes de la región (incluido México, por supuesto), han elegido líderes izquierdistas desde 2018, lo cual como hemos apuntado en esta columna, es el reflejo de que los gobiernos de derecha no han sabido sacar a sus gobernantes de una pobreza que avanza y que se agudizó con la reciente pandemia del COVID 19.
Antes de esta elección, el New York Times, dudaba si la tendencia a cargarse hacia la izquierda inundaría también a Paraguay, considerado por algunos como el país más conservador a ultranza de Sudamérica, que enfrenta una pobreza profunda, una economía inestable y una corrupción muy arraigada, por lo que era de esperarse que se cargara a la izquierda, lo cual no ocurrió.
Por lo pronto, habrá que estar al pendiente de los comicios presidenciales en Guatemala del 25 de junio y las elecciones generales en Argentina del 22 de octubre, con lo que se cerrará un intenso año electoral en Latinoamérica.
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