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Algunos tipos de Democracia (Tercera Parte)

“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”. (Nelson Mandela 1962) 

Las semanas anteriores analizamos algunos tipos de democracia. En esta ocasión La siguiente semana abordaremos a la democracia y su relación con los derechos humanos, para finalizar hablando sobre la interesante democracia a la mexicana, aquella a la que Mario Vargas Llosa describiera como: "la dictadura perfecta".

La democracia y su relación con los derechos humanos. Sobre este punto diremos que todas las constituciones modernas consagran, en su capítulo de derechos humanos, las garantías que los ciudadanos tenemos a gozar de sistemas democráticos, que permitan a los gobernados contar con elecciones transparentes y limpias. Decía Woldenberg que los valores en que se inspira la democracia son la Libertad y la Igualdad y es a través de ellos que se puede observar los gobiernos que si son democráticos de los que no lo son. (Salazar y Woldenberg, 2001, p. 20).

Respecto a la igualdad, Bobbio menciona que se debe cuestionar la igualdad entre quien y en qué cosas y las respuestas que se obtengan nos darán una idea diferente de la igualdad; por ejemplo, cuando hablamos de igualdad de todos en todo, estaremos en presencia del igualitarismo, pero cuando hablamos de igualdad en materia de derechos políticos, entonces estamos en el terreno de la democracia. (Bobbio, 1999).

Como colofón podemos decir que en nuestro país hemos desarrollado un concepto de democracia, muy especial, al grado de que personajes como Vargas Llosa la mencionara como la dictadura perfecta, pues en la época de oro del PRI, en agosto de 1990, invitado a un coloquio por Octavio Paz y frente a millones de televidentes, lanzó esa frase que retumbó en los muros del gobierno mexicano.

Vargas Llosa ahondó en el tema, explicando que el PRI había nacido dentro del gobierno mismo y no producto de algún movimiento democrático, sumando a diferentes sectores sociales, como el campesino, popular y el obrero, los cuales a una sola voz "proponiendo" al candidato a la presidencia de la República, convirtiendo su propuesta en ley, la cual no aceptaba divergencias ni opiniones variadas.

Tuvieron que pasar muchos años para que ese sistema democrático se reformara, creando un instituto electoral independiente, fuerte y muy profesional que le dio legitimidad a los candidatos y a las contiendas electorales; y pese a varios intentos del presidente López Obrador de torpedear esa figura, ésta continúa, dando credibilidad a los procesos electorales.

El gran reto será lograr que en el 2024, se respete la ley, se evite la intromisión de un presidente que pretende eternizarse en el poder, a través de un candidato a modo, que siga sus instrucciones al pie de la letra sin chistar. Algo así como un "maximato" pero de la edad moderna.

En tal virtud, la sociedad mexicana tendrá la enorme responsabilidad de saber elegir de una manera responsable, pero sobre todo, libre, al candidato o candidata que de verdad trabaje por México y que sepa deslindarse del presidente en turno.

Falta mucho por hacer, los mexicanos seguimos esperando una reforma democrática integral que incluya figuras como la segunda vuelta electoral que legitime a los ganadores en las contiendas electorales, pero además, que tengamos instituciones electorales fuertes que impidan que los políticos puedan meter mano en los procesos electorales como hasta ahora ha ocurrido.

El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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