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Terrorismo

El terrorismo se define como “el uso ilegal de la fuerza y la violencia contra personas o propiedades para intimidar o coaccionar a un gobierno, la población civil o cualquier segmento de la misma, para promover objetivos políticos o sociales y su principal objetivo es infundir miedo a la población.

El terrorismo se define como “el uso ilegal de la fuerza y la violencia contra personas o propiedades para intimidar o coaccionar a un gobierno, la población civil o cualquier segmento de la misma, para promover objetivos políticos o sociales y su principal objetivo es infundir miedo a la población. La primera manifestación histórica de terrorismo se produjo en Palestina en el año 66 con los sicarii, un grupo radical que luchó contra los romanos. Estos terroristas primitivos atacaban a sus enemigos en días festivos, cuando la multitud que se congregaba en Jerusalén les permitía actuar con mayor impunidad. De la palabra sicarii, que provenía de la espada corta (sica) que escondían bajo las túnicas, ha derivado la palabra sicario. Los que eran atrapados y condenados a muerte consideraban su ejecución un martirio glorioso que les abría las puertas del paraíso. El uso del cannabis hizo que esta secta ismaelita fuera llamada hachachín, un término que los cruzados franceses que merodeaban por Oriente Próximo convirtieron en assassin, de donde deriva la palabra asesino. Pero el terrorismo tal y como hoy lo conocemos nació en el siglo XIX, al mismo tiempo que apareció el telégrafo y se desarrolló la prensa escrita. No hay que olvidar que el éxito de una operación de este tipo depende casi por completo de la publicidad que reciba, algo que saben muy bien los dirigentes organizaciones terroristas, cuyos actos buscan el mayor impacto mediático e infundir el mayor miedo posible a la población. Si tienes que dinamitar la mitad de un continente y derramar un océano de sangre con el fin de destruir a un millón de bárbaros, no tengas escrúpulos de conciencia, afirmó el radical alemán Karl Heinzen (1809 -1880) en su ensayo Asesinato (Der Mord). Su doctrina giraba en torno a una idea inquietante: Al iniciar el 2015, uno de los ataques terroristas que llamó la atención de los medios del mundo, fue el realizado en contra de la revista Charlie Hedbo, durante el cual la capital francesa fue sitiada durante 56 horas por cuatro episodios que involucraron a extremistas islámicos de células que respondían a los grupos Al Qaeda y Estado Islámico. El episodio se llevó la vida de 22 personas: 19 víctimas y tres terroristas abatidos por la policía. La secta de los Asesinos, una rama ismaelita del siglo XI, presentaba las mismas características mesiánicas que los alucinados kamikazes de Al Qaeda. Su líder espiritual, Hassan Sabbah, también conocido como el Viejo de la Montaña, proporcionaba hachís a sus hombres para anticiparles los placeres de un paraíso celestial al que accederían tras cometer actos terroristas suicidas. En la actualidad, la importancia del componente cultural es más claro en movimientos terroristas de inspiración religiosa que en aquellos de tendencia puramente ideológica o nacionalista. Una organización terrorista es, por definición, una organización que se enfrenta al aparato del Estado. La naturaleza de esa oposición es la que marca el carácter del movimiento. Al terrorismo actual, algunos especialistas lo denominan bottom-up terrorism —terrorismo de abajo hacia arriba es la traducción literal—, México ha tenido jornadas de terror con la quema de vehículos de transporte por parte de hombres armados y con el rostro cubierto varias ciudades del país, ataques atribuidos a grupos del narcotráfico. La cadena de hechos, que algunos analistas consideran como actos de terrorismo a cargo de integrantes del narcotráfico, se atribuyen a integrantes de carteles en los estados de Michoacán; Guanajuato, Zacatecas, Colima y Chihuahua, pero el opuesto, el topdown terrorism, que es lo que llamamos terrorismo de Estado, ha sido sin lugar a dudas el más prevalente a lo largo de la historia. Ejemplos hay muchos, las auditorias fiscales, los intimidatorios a los empresarios, el verbal contra los medios, etc. Este tipo de terrorismo florece en todos los regímenes totalitarios. Y en términos de víctimas, es este último el que ha causado un mayor número de ellas. No se puede ni se debe seguir tolerando este tipo de terrorismo por el gobierno mexicano, la población no puede vivir atemorizada.

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