La Encrucijada de la Educación Superior en México

La Educación Superior se encuentra ante un gran reto de legitimidad y credibilidad por lo que es imperante replantearnos su futuro. A pesar de que existen análisis como el del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) que señalan que es redituable tener un grado profesional ya que representa un incremento de entre 33.5% y 47.9% en el ingreso promedio con respecto a las personas que sólo cuentan con estudios de educación media superior, existe un sentimiento que los sueldos y salarios que oscilan en un rango de entre los $12,425.00 y $16,588.00 son bajos para el esfuerzo y tiempo que un(a) estudiante invierte en tiempo, esfuerzo y recursos financieros.

Es por ello por lo que el modelo convencional de educación superior enfrenta un creciente escepticismo tanto por los estudiantes, como por los empleadores que buscan personas con certificaciones más ad hoc a sus necesidades. Personalidades como Elon Musk de las empresas Tesla y Space X, señalan de manera controversial que no es necesario ir a la universidad para desarrollar habilidades que ayuden a resolver problemas. Por otro lado, existe una tendencia de micro credencialización en donde los estudiantes ante una situación económica adversa buscan capacitaciones y cursos que se traduzcan en fuentes de ingreso de corto plazo.

Todo lo anterior hace necesario buscar soluciones viables a estos retos y para ello se requiere abandonar supuestos sobre la forma en la que deben operar las Instituciones de Educación Superior (IES). Los planteamientos deben ofrecer mayores niveles de flexibilidad en la formación profesional sin abandonar los valores centrales educativos de que cada estudiante merece en la medida de lo posible una atención y formación integral que les de cimientos para la vida y no sólo habilidades de corto plazo. Es importante rechazar soluciones que tienen que ver con maestros reemplazados por robots e inteligencia artificial, tomar todas las clases en línea, o demonizar las humanidades. Un equipo de profesores investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) sugiere que las

IES debemos:

a) Reequilibrar las actividades docentes y de investigación en donde la docencia siga siendo la actividad más relevante, pero que se destine por lo menos el 20 por ciento a la investigación o la práctica profesional. Y promover, esto es interesante, que los sabáticos se hagan en empresas.

b) Combinar clases tradicionales con clases en línea de plataformas reconocidas. Es decir, se debe de ver los cursos en línea como complemento y no como sustituto de las clases presenciales.

c) Desarrollar Currículos Holísticos con enfoque de complejidad en donde los estudiantes obtengan más que ideas fundamentales y habilidades para aplicar de forma estrecha o reducida; necesitan entender contextos e implicaciones, y estar capacitados para trabajar con otros en una sociedad de complejidad reciente.

d) La carrera profesional se puede componer o ensamblar de micro-credenciales que permitan a los estudiantes capacidades que puedan explotar en el corto plazo, sin detrimento de la formación de largo plazo.

e) Actividades Extracurriculares. Ante la creciente manifestación de trastornos mentales en los jóvenes universitarios como ansiedad, depresión, entre otros, es necesario combinar las actividades de aprendizaje con actividades de esparcimiento y recreación como el deporte, las artes que permitan mayores niveles de convivencia, distracción y con ello disminuciones en los niveles de estrés, ansiedad y abandono escolar.

La clave de todo lo anterior es la experimentación y la flexibilidad que permita a las IES una adaptación a una educación que sea más accesible y efectiva en donde se busque un equilibrio entre cobertura y calidad. La Universidad Autónoma de Baja California ya está abordando algunos aspectos de estas propuestas y desarrollando proyectos específicos que describiremos en ediciones futuras.