Un día de compras navideñas
El incendio que dejaría una huella indeleble entre los mexicalenses de la década de los años sesenta fue el que se produjo, en la tarde del 16 de diciembre de 1969, en plena temporada navideña, en la tienda más notoria de Mexicali, la Estrella Azul de Mario Hernández Maytorena.
El incendio que dejaría una huella indeleble entre los mexicalenses de la década de los años sesenta fue el que se produjo, en la tarde del 16 de diciembre de 1969, en plena temporada navideña, en la tienda más notoria de Mexicali, la Estrella Azul de Mario Hernández Maytorena. Según el Chronicle del 18 de diciembre: “El incendio que se originó en el sótano de la tienda departamental Estrella Azul, en Mexicali, frente al Parque Chapultepec, en las últimas horas de la tarde del martes 16 de diciembre, completamente destruyó la estructura, causando la muerte de 15 personas y enviando a muchos heridos a los hospitales para el tratamiento de quemaduras y lesiones. Las pérdidas se estimaron en millones de pesos. El daño fue infligido a las estructuras adyacentes, el Edificio Norma y el Hotel Plaza, pero los edificios se salvaron de daños severos al mantener la conflagración confinada en el Edificio Hernández. Miles de espectadores se agolparon en la calle frente al edificio en llamas, y se reunieron en el parque para ver a los bomberos luchar por controlar las llamas”. En este reportaje se aseguraba que “La Estrella Azul tenía muchos compradores en el edificio en el momento del fuego. El incendio se inició sobre las 6 de la tarde y sólo fue controlado hasta las 11 de la noche. Mientras los bomberos y los voluntarios de la Cruz Roja peinaban los escombros de la estructura de tres pisos, se encontraron espeluznantes restos carbonizados de 15 cuerpos quemados. Existe la posibilidad de que se encuentren más. Las pérdidas se estiman en 15 millones de pesos”.
Lo que después se supo es que, esa tarde, todo parecía normal en la tienda más conocida del valle de Mexicali. El fuego, pequeño al principio, apenas una leve flama, dio inicio en el aparador frontal. Al percatarse del mismo el personal de la tienda tomaron un extinguidor y abrieron el vidrio interior para intentar apagarlo, pero el fuego explotó en ese momento al contacto con el oxígeno que provocó la apertura del vidrio, saliendo una enorme llamarada hacia la calle, donde los autos estacionados fueron calcinados en unos cuantos minutos. Como las escaleras para subir al segundo piso de la tienda estaban pegadas al aparador, los clientes y empleados que estaban en el segundo piso quedaron atrapados. Algunos saltaron al primer piso, otros murieron asfixiados o quemados. En el primer piso, donde además de aparatos eléctricos y ropa había una armería, el peligro se acrecentó porque al llegar el fuego a las municiones, éstas explotaron y muchas balas de diferentes calibres surcaron el aire. La gente, como en otros incendios similares, se atropelló entre sí intentando salir primero de aquel desastre. Según el reportaje de La voz de la frontera (17-XII-1969), el incendio de La Estrella Azul, tienda propiedad del empresario Mario Hernández, había dejado un saldo de 10 muertos y 11 heridos, además del desalojo del Hotel Hilton Plaza y del edificio Norma. Según Alfonso Esquer, el entonces jefe de bomberos de Mexicali, “El incendio se originó en uno de los escaparates del frente de la negociación. Un corto circuito prendió fuego y cuando uno de los empleados trató de apagarlo con un extinguidor, se produjo un flamazo, que en cuestión de segundos convirtió el local en un gigantesco horno. El flamazo hizo explotar la vidriera del escaparate. Una gigantesca lengua de fuego salió hacia la calle y cubrió casi totalmente, semichamuscándolos, cuatro automóviles que estaban estacionados frente a las puertas de la negociación. Dentro del local se encontraban alrededor de doscientas personas, entre público y dependientes. En un segundo aquello se convirtió en un infierno. Todo mundo gritaba y corría, buscando la salida. La gran mayoría logró llegar. El resto nunca supo lo que sucedió”.
El edificio de La Estrella Azul quedó completamente destruido. Un día después, la cifra de muertos bajó a 7 víctimas: tres empleados y cuatro clientes. Los empleados muertos eran de los departamentos de ropa y de deportes. El error en la cifra era que los “muertos” identificados de lejos terminaron siendo maniquíes carbonizados. Yo que viví ese incendio desde la acera de enfrente, a mis once años de edad y junto a mi madre, cuando ambos nos dirigíamos de compras a la Estrella Azul, puedo ver ese incendio como si estuviera ocurriendo ahora mismo, frente a mis ojos. Una lengua de fuego saliendo hacia la calle, carbonizándolo todo en su repentina vorágine, en su hipnótico horror.
*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
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