El fenómeno de los colectivos y showrooms ¿Sigue siendo un negocio rentable?
A lo largo de los últimos 8 años los colectivos y showrooms de emprendedores han experimentado un auge notable.
A lo largo de los últimos 8 años los colectivos y showrooms de emprendedores han experimentado un auge notable. Estos espacios compartidos proporcionan oportunidades únicas para colaboración, vender o exposición de producto sin necesidad de estar físicamente en tienda, networking y acceso a recursos compartidos. Sin embargo, la cuestión de si constituyen un negocio sólido en la actualidad es motivo de debate.
Es innegable que los colectivos de emprendedores han sido un súper boom en el ecosistema empresarial. Estos lugares ofrecen un entorno propicio para el intercambio de ideas, el crecimiento profesional y la sinergia entre individuos con visiones afines. Además, al compartir gastos operativos como renta, servicios, gastos de empleados y permisos, etc., se reducen los costos individuales para cada emprendedor, lo que resulta atractivo desde el punto de vista económico.
No obstante, la rentabilidad de estos espacios depende en gran medida de la INTENCIÓN Y EL COMPROMISO DE LOS EMPRENDEDORES que los ocupan. Si bien algunos buscan activamente iniciar y desarrollar sus proyectos empresariales, otros simplemente buscan un lugar de trabajo flexible sin necesariamente tener la intención de emprender. Esto puede influir en la dinámica del colectivo, ya que aquellos que no tienen intenciones de emprender pueden no contribuir y afectar plenamente al ambiente colaborativo que se espera en estos entornos.
Además, el modelo de negocio de los colectivos de emprendedores enfrenta desafíos en términos de rentabilidad financiera. La gestión eficiente de los espacios, la oferta de servicios de valor añadido y la capacidad para mantener una comunidad activa y comprometida son aspectos cruciales para garantizar la viabilidad a largo plazo de estos lugares. La fluctuación en la demanda de alquiler de espacios de trabajo compartidos y la competencia con otras alternativas, también pueden afectar la estabilidad financiera de estos emprendimientos.
Por otro lado, el aspecto positivo de estos espacios es la diversidad y la oportunidad de networking que ofrecen. La interacción con personas de diferentes áreas profesionales y la posibilidad de establecer conexiones valiosas pueden resultar beneficiosas tanto para el crecimiento personal como para el desarrollo de negocios.
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En conclusión, si bien los colectivos de emprendedores han sido un fenómeno notable en el panorama empresarial, su viabilidad como negocio sigue siendo objeto de evaluación. La rentabilidad y el éxito de estos espacios dependen no solo de su capacidad para atraer inquilinos, sino también de la calidad de la comunidad que logran fomentar y de la capacidad para adaptarse a las cambiantes necesidades del mercado. En última instancia, su éxito a largo plazo dependerá de su capacidad para evolucionar y ofrecer un valor diferenciado que continúe atrayendo a emprendedores con la verdadera intención de colaborar y crecer en un entorno compartido.
Ama lo qué haces y estarás condenado al ÉXITO…
*- La autora es mamá, emprendedora y empresaria.
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