La mediocridad de las investigaciones judiciales
Existe una flexibilidad increíble respecto a los resultados obtenidos en el proceso de investigar a los criminales, que son aprehendidos en México.
Existe una flexibilidad increíble respecto a los resultados obtenidos en el proceso de investigar a los criminales, que son aprehendidos en México. Se supone que las fiscalías son las encargadas de proceder de manera legal, ante un delito cometido o frente a denuncias recibidas de ciudadanos plenamente identificados, o anónimas por personas que no se quieren comprometer, que ofrecen información importante, sobre delitos cometidos o por cometer, por los delincuentes. Estos actos ciudadanos provienen de hechos delictivos cometidos por individuos, que fueron conocidos al momento de suceder, o por referencia recibidas de otras personas testigos de los hechos. Lo importante de estos es que hay datos concretos que deben ser investigados. A esto se le suele llamar investigación de inteligencia, porque se utilizan diversos medios para comprobar los delitos y establecer un sendero donde estos se cometen.
Con estos trabajos de inteligencia se forman archivos con datos específicos, que están siendo guardados y alimentados constantemente. La información que se captura, a la larga, permite tener un acervo informativo que puede acortar el tiempo en la conclusión de la investigación de un delito. También hace conexiones con zonas geográfica en las cuales, existe evidencia de delitos similares. En la misma circunstancia, abre la posibilidad de que estas zonas, si están siendo cometidos los delitos con mucha frecuencia, indica que lo delincuentes obtienen ganancias económicas excelentes. Por consiguiente, los diversos grupos en competencia inician intentos se trabajar juntos o, en su caso, disputan la plaza y ensangrientan sus actividades ilícitas. La guerra de mafias, pues. De la misma manera, cuando algún miembro de los carteles es aprehendido, en el proceso de investigación deberá obtenerse de él, información sobre quiénes son sus compinches, donde trabajan, qué distribuyen, cual es su zona de influencia, que otras personas de la sociedad civil están asociadas con ellos, etcétera, etcétera. Esto, con toda seguridad se hace en nuestro país, pero la información se utiliza con otros fines diferentes a los de la justicia.
En los Estados Unidos está resurgiendo el caso del multimillonario Jeffry Epstein, acusado de pedofilia y tráfico de menores, quién, según las investigaciones, tuvo vínculos con el Príncipe Andrés de Inglaterra y con el expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, donde además aparece en la investigación el nombre de Donald Trump y muchos más. Esto se supo después de que una jueza desclasificó un archivo de más de 2000 hojas, en el cual aparecen muchas personas importantes de este país y de otros.
Las acusaciones son graves pues denuncian violaciones sexuales, abusos y tráfico de menores, pornografía y casos de prostitución de niñas de secundaria, que eran reclutadas para atender adultos de la burguesía estadounidense. La desclasificación de esta información permitirá engrandecer el alcance de la investigación, y conectará con otras posibles ilegalidades o delitos cometidos por otras personas. Esa es la importancia del trabajo policíaco: hacer archivos con información clasificada por categorías, que se vaya actualizando y que, metódicamente sea analizada y cree acervos de datos con nombres y direcciones, para que sean investigadas exhaustívamente.
En un país tan corrupto como el nuestro, la seguridad de que funcionarios de los tres niveles de gobierno estén implicados en delitos de alto grado, es absolutamente seguro. Por ejemplo, Genaro García Luna debería tener un expediente amplio, con toda la información de quiénes trabajaron en la Secretaría de Seguridad Pública con él. Todos, sin importar cual fue su categoría, deberían ser investigados. Pero aquí la información sensible obtenida de los delincuentes se usa para que los agentes de la policía extorsionen y obtengan ganancias ilícitas en su beneficio. No tenemos un cuerpo honesto de agentes de la ley, que luchen con honestidad y legalidad contra la delincuencia. Por el contrario, la información de la inteligencia, si existe, es mal utilizada y está al servicio de la corrupción institucional. Para poder erradicarla deberá transcurrir mucho tiempo, pasar sexenios de gobiernos federales, y promover constantemente la participación ciudadana en las actividades de recuperar nuestro país para los mexicanos. En crear un estado de gobernabilidad total. Vale.
*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos wInternacionales por la UABC.
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