Morir de pie, frente a la seguridad social en México
“La muerte es dulce; pero su antesala, cruel.” Camilo José Cela
No cabe duda que quienes han tenido que utilizar los servicios de seguridad social en nuestro país, se han podido dar cuenta de la enorme saturación que existe en las distintas unidades médicas de la República Mexicana y lo difícil que resulta obtener la atención medica y la cantidad de trámites burocráticos que hay que realizar para ello.
El problema es muy grave y tiene su fundamento en el gigantismo de las instituciones de salud, las cuales por más que luchen, se ven inmersas en el marasmo de la burocracia y la tramitología.
En el caso del IMSS, el número de afiliados es del orden de los 21,372,896, sin embargo tiene poco más de 70 millones de derechohabientes, para lo cual este Instituto requiere de una gran cantidad de personal y recursos económicos para hacer frente a sus crecientes necesidades, baste recordar que el IMSS es uno de los principales empleadores del país, que cuenta con 6,519 unidades médicas en la República y que su plantilla laboral es de poco más de 500 mil empleados activos, con 110 mil jubilados.
Las pérdidas económicas del IMSS han crecido anualmente y según reportes del propio Instituto, en el 2022 llegaron a 17,902 millones de pesos. Cabe destacar que del total de los recursos de que dispone el IMSS, en el 2021, el 81.6% se destinó al capítulo de Servicios de personal, el cual incluye el pago del Régimen de Jubilaciones y Pensiones, un 14.55% fue utilizada para el gasto en medicamentos, vacunas, servicios de laboratorio, instrumental y accesorios médicos, así como víveres, lo cual retrata la situación real que se vive.
Según el Centro de Estudios de la Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, seis de cada 10 pesos que recibe el Instituto Mexicano del Seguro Social sirven para cubrir sus salarios y prestaciones, lo cual habla de la magnitud del problema.
Traigo a colación estas escalofriantes cifras para darnos una idea de cómo se encuentra el IMSS, pilar fundamental de la seguridad social en México, sin embargo y de acuerdo al decreto publicado el 1 de agosto de 2022, tendrá que compartir con el organismo público descentralizado de Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar), sus instalaciones, equipos y personal a fin de dar cumplimiento al objeto de este nuevo organismo que es brindar atención médica y hospitalaria gratuita a personas sin afiliación a alguna institución de seguridad social.
Además de medicamentos e insumos asociados sin costo, bajo los criterios de universalidad e igualdad.
Esta estrategia no resuelve el problema de los más pobres del país, antes bien permite compartir las carencias actuales con más y más mexicanos y se obtiene como resultado que más personas tengan una atención de pésima calidad.
Es por ello que decimos que con los esquemas nuevos de seguridad social en México, los derechohabientes cada vez tienen que padecer más filas de espera, menor calidad en la atención, mayor escasez de medicinas y sufrir todo tipo de humillaciones en virtud de que el pastel ahora se tiene que repartir entre mas personas.
Esta decisión política debería estar acompañada de los recursos económicos suficientes para hacer frente a lo que en el discurso fácil los políticos ofrecen.
Mientras tanto los derechohabientes tendrán que morir de pie esperando su turno para ser atendidos. El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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