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¿Qué ha logrado López Obrador?

Ya cerca del final de su sexenio, ¿cuál es el balance del gobierno de Andrés Manuel López Obrador? ¿De verdad se ha producido una cuarta transformación? ¿Tenemos ahora un país diferente? Enseguida algunos apuntes para empezar este año.

Ya cerca del final de su sexenio, ¿cuál es el balance del gobierno de Andrés Manuel López Obrador? ¿De verdad se ha producido una cuarta transformación? ¿Tenemos ahora un país diferente? Enseguida algunos apuntes para empezar este año.

Lo que más se menciona por el mismo gobierno y por sus simpatizantes son las obras como el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería Dos Bocas y el trenecito Maya, además de lo que se está haciendo en el Istmo de Tehuantepec. Pero salvo ésta última, las demás han sido muy cuestionadas por los especialistas en términos de su alcance y rentabilidad.

El énfasis del gobierno de López Obrador ha estado en los programas sociales: el apoyo a los adultos mayores y a la población vulnerable, las becas para estudiantes, el apoyo en especie para la población más pobre y pequeñas ayudas para el campo. Sin embargo, la visión de AMLO es muy asistencial y populista por lo que no se ha producido un cambio sustancial en este terreno.

Los programas tienen un sentido de reclutamiento electoral de los grupos más pobres del país, y fortalecen una visión paternalista y el culto al presidente que busca pasar a la historia como un mandatario humanista. No hay una visión más amplia del bienestar social, cuyo sentido se ha reducido a simples ayudas de parte del gobierno.

No se atiende, por ejemplo, el entorno donde viven los pobres que hasta ahora se ha demostrado en muchos otros países como la vía más adecuada para superar la pobreza. Significa atender el sistema educativo, el sistema de salud, la seguridad social, el empleo, la vivienda y los servicios públicos como el agua y el drenaje, entre muchos más. Sin todo esto, las ayudas del gobierno no sirven o sirven muy poco para salir de la pobreza.

Sin embargo, no obstante su reducida capacidad para incidir en las condiciones de pobreza, estos programas han sido la bandera principal del presidente, elevando su popularidad y aceptación entre la gente más pobre del país, además de garantizar una avalancha de votos.

Otra parte fundamental para mejorar las condiciones de vida de la población es la seguridad pública, pero es la falla más notable del gobierno de AMLO. Todo el país está envuelto en una ola delictiva, mientras el gobierno permanece pasivo con su política de “no violencia”, lo cual ha fortalecido a los grupos del crimen organizado y ha extendido la impunidad en todo los rincones de la sociedad.

Pero de todos los propósitos de AMLO, donde más ha avanzado es en el desmantelamiento del Estado, eliminando organismos autónomos, controlando el INE, sometiendo a la SCJN, construyendo mayorías mecánicas en el congreso y el senado, como sucedía en los viejos tiempos del autoritarismo mexicano.

López Obrador le ha dado un golpe mortal a la democracia representativa, para sustituirla por mecanismos de supuesta democracia directa y encuestas patito. Su propuesta central es plasmar todo eso en la Constitución para lo cual se propone ganar en 2024 la mayoría necesaria, llevando al extremo su visión populista que alteraría las bases de un gobierno republicano.

Paralelamente a todo esto, Obrador está construyendo otro partido hegemónico como antes lo fue el PRI, lo cual haría más fácil perpetuarse en el poder por largos años. Él quiere que Morena cumpla ese nuevo papel, debilitando al resto de los partidos y desarticulando los supuestos enclaves que tendrían todavía los grupos más conservadores. Lo que él quiere es un país de un solo partido.

Pero hay otro punto donde ha avanzado rápidamente. Es en la división de los mexicanos, obligando a la gente a definirse, estigmatizando a todos, a los medios, a periodistas, a los intelectuales, a la clase media, a escritores, todos los días, desde su tribuna de la mañana mediante la cual mantiene vivía la llama del odio y el resentimiento contra todos los que no comulgan con él.

Esta división política, cultural, etcétera, va a ser una de sus más nefastas herencias al país, con efectos que pueden perdurar por años. En lugar de la cultura del consenso y los acuerdos, propios de la democracia, Obrador ha promovido el arrebato violento y la agresión a los que no piensa igual.

Dos puntos más, igual de negativos: la militarización del país (apoyado por la pseudo izquierda que subsiste), dándole un poder central al ejército en toda la vida social y política del país. Y el segundo: llevando a México a colocarse en el bando de las dictaduras militares que en nombre del socialismo capturaron el poder en los países del Caribe y América Latina.

El país sí ha cambiado, pero por una vía de retroceso. Puede venir lo peor todavía.

*El autor es analista político.

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