2 millones marchamos por la democracia
¿Cuál es la responsabilidad principal que tenemos como ciudadanos?
¿Cuál es la responsabilidad principal que tenemos como ciudadanos? La respuesta a esta pregunta es difícil ante las muchas necesidades que como seres humanos necesitamos satisfacer y atender. Por supuesto, los retos personales siempre están ahí, pero los de comunidad, los de convivencia con nuestra ciudad y país, no todo el tiempo son palpables a simple vista.
Viene esto al cuento por la exitosa manifestación que ayer tuvimos para “defender nuestra democracia”: un concepto bastante abstracto y etéreo que no necesariamente se comprende a cabalidad.
Aún así, 2 millones de personas en 120 ciudades de México salimos a exigirle al gobierno que no se meta con nuestras libertades y, aprovechando, exigirle que saque las manos de la elección en curso. Que deje de estar amenazando a los que menos tienen de que si gana la “oposición” se acabarán los apoyos sociales. Que deje de estar usando dinero público para promover a “su” candidata y que, por supuesto, no interfiera en el voto libre y secreto de los ciudadanos. Loables propósitos pero abstractos, muy abstractos.
¿Qué pudimos haber sido más? ¡Por supuesto! ¿Que pudimos hacer mejores eventos? ¡Siempre! ¿Debimos ser mejores invitando a la marcha? ¡Sin duda!
Y con todo ello, tuvimos una exitosa jornada por la democracia. Inédita y al mismo tiempo, histórica.
Sin embargo, he recibido, desde ayer, en mi calidad de conductor del evento y parte del comité organizador, decenas de mensajes de personas diciéndome cómo debieron hacerse las cosas y cómo debimos haber manejado los temas. Bienvenidos todos los comentarios pero ¿porque antes no había visto a ninguno de ellos dedicarle tiempo -su tiempo personal- a, mínimo, promover la asistencia al evento o llevar 10 personas cada uno a la concentración?.
Esto me hizo pensar en lo mucho que nos falta como sociedad y el poco compromiso comunitario que tenemos con nuestras regiones.
Si, nos quejamos mucho, si, vociferamos mucho, pero a la hora de la verdad, no somos capaces ni de involucrar a nuestra pareja o los jóvenes que están a nuestro alrededor, sean hijos, sobrinos o nietos o mínimo a los amigos y familiares de nuestra edad.
El reto es grande. Ni una manifestación y mucho menos una elección se gana desde la comodidad de nuestra casa o nuestra red social. Soy un convencido de que estamos ante una grave amenaza a los derechos fundamentales de los mexicanos y que todos deberíamos ser más conscientes de ello para actuar en consecuencia.
Tenemos actualmente al gobierno más anti democrático y más pretendidamente autoritario en varias décadas y ese gobierno acaba de presentar todas sus cartas, que incluyen amenazar muchas de las libertades de las que gozamos a partir de proponer reformas constitucionales para intentar volver a concentrar el poder político en una sola persona eliminando cualquier equilibrio entre poderes. Ahí es donde está la amenaza y el peligro para el futuro.
Lo que más debería importarnos como sociedad es que sigamos teniendo la libertad de elegir y actuar, respetando que hay mayorías pero también minorías. No estoy seguro que lo estemos haciendo.
La “marcha por la democracia” despertó en mí una conciencia que pensé que ya no estaba tan presente: la responsabilidad por hacer más en mi entorno. Si, hay que ser exitoso en lo personal y profesional, pero no olvidarnos que estamos inmersos en la vida diaria con otras personas y ahí hay mucho que incidir. Trabajaré con más ahínco en ese propósito.
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