Infraestructura para un México próspero y equitativo

“El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”. Anatole France

En días pasados tuvimos la oportunidad de participar en un congreso de nuestra CMIC, realizado en Culiacán, Sin., el cual versó sobre la infraestructura para el bienestar.

En dicho congreso se abordaron los principales problemas que afronta nuestro país, los cuales le han impedido el crecimiento de la infraestructura tan necesaria para reactivar la economía.

En México vivimos una serie de contrastes, pues por un lado poseemos grandes riquezas naturales y una posición geográfica estratégica, sin embargo casi la mitad de nuestra población vive en condiciones de pobreza. Además somos la décimo quinta economía más grande del mundo, sin embargo ocupamos el lugar 55 en competitividad sistémica.

Por ser un país de jóvenes, contamos con el mayor bono demográfico de toda la historia, pero uno de cada cuatro jóvenes mexicanos no estudia, ni trabaja, esto en buena parte, derivado de las políticas asistencialistas del actual gobierno, que otorga recursos a los jóvenes propiciando que algunos no les interese trabajar.

Actualmente México cuenta con una excelente estabilidad macroeconómica, la cual ha sido reconocida internacionalmente, sin embargo, el ingreso promedio por habitante permanece estancado, pues la principal causa de estos contrastes es la falta de un crecimiento económico alto, sostenible y equitativo que nos haga reactivar el crecimiento económico.

Considerando que la industria de la construcción aporta el 8% del PIB, generando más de 4 millones de empleos que impactan en tres de cada cuatro ramas económicas, nuestro sector está proponiendo trabajar en el desarrollo de una infraestructura que apoye ese desarrollo en las distintas zonas del país, sin embargo, esa infraestructura debe enfocarse en cerrar las brechas y los rezagos económicos existentes en las distintas zonas de México, para aprovechar las cadenas globales de valor de la zona T-MEC y Asia Pacifico, explotando nuestras fortalezas entre las que se incluye el Nearshoring y los distintos acuerdos comerciales de México con el mundo.

Es por ello, que debemos fortalecer a la industria de la construcción a lo largo de toda su cadena de valor, mejorando los procesos de planeación, preparación técnica de proyectos, análisis costo – beneficio, ejecución y evaluación de la infraestructura estratégica, para lo cual debemos hacer valer el interés público del país, con contrataciones públicas abiertas y competitivas, combatiendo la corrupción y la impunidad, y fortaleciendo los procesos de integridad pública, evitando los contratos de obra “en lo oscurito” y sin las debidas garantías de cumplimiento de calidad en las obras.

Para lograr todo lo anterior, nuestra CMIC, propone trabajar en esquemas que proporcionen certidumbre jurídica a la industria, promoviendo el impulso en la inversión tanto pública como privada, pero privilegiando a las empresas nacionales y en especial a las MIPYMES, que son el sustento de nuestra economía, buscando adecuar la Ley de Obra Pública para contar con un marco regulatorio eficaz, donde exista transparencia y libre concurrencia del sector privado en la industria de la Construcción,

Es tiempo de trabajar todos, empresas, sociedad y gobierno, en los esquemas que permitan contar con esa infraestructura para un México próspero y con equidad. La CMIC está lista para el reto.

*El autor es Presidente de CMIC Tijuana/Diplomado en Northwestern University y UC Berkeley en Ingeniería de Tránsito