Utopía
Tomas Moro, Político y humanista inglés (Londres, 1478 -1535). Procedente de la pequeña nobleza, estudió en la Universidad de Oxford y accedió a la corte inglesa en calidad de jurista.
Tomas Moro, Político y humanista inglés (Londres, 1478 -1535). Procedente de la pequeña nobleza, estudió en la Universidad de Oxford y accedió a la corte inglesa en calidad de jurista. Su experiencia como abogado y juez le hicieron reflexionar sobre la injusticia del mundo, a la luz de su relación intelectual con los humanistas del continente como Erasmo de Rotterdam. Desde 1504 fue miembro del Parlamento, donde se hizo notar por sus posturas audaces en contra de la tiranía. Su obra más relevante como pensador político fue Utopía (París, 1516). La palabra utopía, acuñada por Tomás Moro en su obra homónima, influenciada por la famosa República de Platón, podría provenir de la palabra griega “u-topos”, (no lugar) o de “eu-topos”, (buen lugar). Moro buscaba una manera de designar un lugar perfecto, un mundo ideal, una civilización evolucionada tal y como lo había tratado de hacer Platón, que intentó llevar su utopía a la realidad en Siracusa. De acuerdo a distintos historiadores, el escritor y humanista inglés (proclamado santo por la Iglesia Católica en 1935) quedó impactado por las narraciones de Américo Vespucio sobre la isla de Fernando de Noronha, avistada por los europeos en 1503. Fue entonces cuando Moro decidió plasmar descripciones sobre un sitio nuevo y puro donde podría llegar a desarrollarse una sociedad perfecta. La sociedad utópica de Moro estaba estructurada de modo racional. Todos los ciudadanos vivían en casas idénticas y la propiedad de los bienes era comunitaria. Los habitantes dedicaban su tiempo libre a la lectura y el arte. Así, esta sociedad vivía en paz y con una plena armonía de intereses. La aceptación actual de la palabra utopía permite hacer referencia a un proyecto, emprendimiento, sistema optimista, acción futura, plan o doctrina que, en un primer momento, parece ser imposible de concretar o cumplir. Dicho de otra forma, se entiende por utopía una idea de sociedad perfecta, donde reina la armonía y la convivencia y cuyos aspectos políticos, económicos y sociales están equilibrados y permiten que toda la comunidad pueda disfrutar de una vida apacible gracias a formar parte de un sistema absolutamente ideal. Desde hace seis años los mexicanos empezamos a vivir en un país utópico, por supuesto desde el punto de vista del gobierno federal, un país en donde la violencia se combate con besos y abrazos, en donde el ejército ya no cuida a los ciudadanos de la violencia, ya que esta no existe, ahora los elementos del ejército se dedican a la construcción de ferrocarriles, aeropuertos, puertos, aduanas, carreteras, combaten la corrupción, un país en donde todas nuestras carreteras son seguras, en donde ya no hay retenes de ninguna especie, ya no hay masacres, toda la energía eléctrica que se produce es limpia, el costo por kilowatt es muy bajo, ya no hay monopolios estatales, hay suficientes recursos para iniciar un agresivo plan de obra pública tendiente a mejorar la infraestructura nacional, ya no hay baches ni pavimentos en mal estado en ninguna parte del país, ya no hay asaltos al transporte público o de carga, nuestro sistema de salud es el mejor del mundo, la educación pública es mejor que en Corea, Japón o China, hay becas para todos los estudiantes que deseen estudiar, tenemos el mejor sistemas de guarderías infantiles, todas las escuelas son de tiempo completo, no hay un solo niño fuera de la escuela, la gasolina cuesta 10 pesos el litro, se acabó el huachicoleo, los diputados y senadores son un dechado de virtudes, las carreteras son las más seguras del mundo, ya nadie toma las casetas de cobro en las carreteras de cuota, tenemos el mejor aeropuerto del mundo, ya no se cometen ecocidios, ni en la selva de la península de Yucatán ni en ninguna parte del país, ya no se difama a nadie desde el pulpito presidencial, no hay negocios turbios de familiares de los que nos gobiernan en el país, en los estados y municipios, se acabó la corrupción. Se vive feliz, feliz, feliz en este utópico país y si existe algo malo todo es culpa de Calderón.
- *- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.
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