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El Plan Ruanda de Reino Unido

“Es una política inconmensurablemente cruel dirigida a las personas más vulnerables en un lenguaje que no es diferente al utilizado por Alemania en los años 30″. Gary Lineker, BBC

“Es una política inconmensurablemente cruel dirigida a las personas más vulnerables en un lenguaje que no es diferente al utilizado por Alemania en los años 30″. Gary Lineker, BBC

El llamado “plan Ruanda”, es una ley aprobada apenas en abril pasado por el gobierno inglés, mediante el cual se busca expulsar inmigrantes en situación irregular a Ruanda y que ha defendido el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, quien ha dicho que a partir del 4 de julio iniciarán los primeros vuelos hacia ese país africano.

Efectivamente, el gobierno británico y el de Ruanda, firmaron a mediados de 2022 un acuerdo, por medio del cual el primero se comprometió a entregarle al segundo US$150 millones a cambio de recibir a los inmigrantes y Ruanda a abrir sus fronteras a cambio de un plato de frijoles.

Peor aún, el “Times” de Londres ha publicado información en el sentido de que esta xenófoba medida ya fue propuesta a los gobiernos de Botswana, Costa de Marfil, Costa Rica y Armenia, con objeto de firmar pactos similares al que ya tiene con Ruanda.

El mismo Times pudo comprobar con el presidente costarricense, Rodrigo Chaves, esta información, sin embargo descartó la posibilidad de que su país acepte acoger solicitantes de asilo, respondiendo que: “Informamos a Reino Unido que Costa Rica no recibirá inmigrantes extranjeros”.

Algo parecido respondió personal de la embajada de Armenia en Reino Unido, negando que estuvieran planeando firmar un acuerdo similar con Ruanda.

La parte más triste es que Reino Unido está tratando a los refugiados como personas apestadas que en ningún lugar tienen cabida y que pagan a países pobres como Ruanda, los cuales a cambio de migajas los reciben para compartir con ellos la pobreza.

Esquemas como el implementado por el primer ministro, Rishi Sunak, pronto podrán ser replicados por otros países y gobiernos abiertamente xenófobos convirtiendo a los migrantes en simples mercancías que se cambian de lugar a conveniencia de los países ricos que no los quieren recibir.

No olvidemos que los migrantes que buscan asilo, lo hacen porque vienen huyendo de guerras, como en Siria, Ucrania o Gaza, otros por la violencia interna de sus países, como en Honduras o el Salvador, por gobiernos dictatoriales como en Venezuela, Cuba o Nicaragua o simplemente por el hambre y la pobreza, como Haití y sería un contrasentido que en lugar de ser acogidos por un gobierno libre y democrático como lo es el inglés, con una economía fuerte, sean enviados a un país igual o más pobre de donde emigraron para ser tratados como apestados sociales.

Por lo pronto, los altos comisionados de Naciones Unidas para los Refugiados y para los Derechos Humanos, Filippo Grandi y Volker Turk, respectivamente, han pedido a las autoridades británicas que “reconsideren” este plan y que adopten “medidas prácticas” para abordar los “flujos irregulares de refugiados y migrantes”, pues evidentemente estas medidas van en contra de la tradición de dar refugio a aquellos que lo necesitan, violando la Convención sobre los Refugiados, que establece que “ningún Estado contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”.

¿Qué le está pasando a nuestra sociedad, que se vuelve en contra del ser humano pobre e indefenso que busca sobrevivir?

*El autor es asesor empresarial en cabildeo.