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La extorsión y el cobro de piso

“Todo delito que no se convierte en escándalo no existe para la sociedad.” Heinrich Heine

Ignacio  Calderón Tena

Se trata de un tema que tiene sus orígenes en la mafia italiana denominada Cosa Nostra siciliana. Entre 1880 y 1915, más de 13 millones de italianos abandonaron su país en busca de un mejor futuro, estableciéndose en las principales ciudades norteamericanas como Nueva York, Nueva Jersey y Chicago. Su auge vino en la época de la prohibición del alcohol, el juego y las apuestas, hasta que años más tarde emigran al lavado de dinero y narcotráfico.

En nuestro país, la extorsión y el cobro de piso han sido delitos soterrados. El código penal federal establece que: “CAPITULO III BIS, Artículo 390.- Al que sin derecho obligue a otro a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo un lucro para sí o para otro o causando a alguien un perjuicio patrimonial, se le aplicarán de dos a ocho años de prisión y de cuarenta a ciento sesenta días multa.”

Sin embargo y ante la inacción federal, por aquello de “abrazos y no balazos” estos delitos han venido en crecimiento. Tan es así que la propia Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, reconoce que: “durante 2023 no hay resultados óptimos en relación al indiscriminado cobro de piso y la extorsión en el país, pese a que constantemente muestra indicadores delictivos a la baja”.

Según el antropólogo chileno, Claudio Lomnitz, la extorsión en su modalidad de venta de protección (cobro de derecho de piso) es la piedra angular del crimen organizado de la época actual, ya que esa protección no sólo cobija al narcotráfico, sino toda la economía informal e ilegal. Lomnitz considera que la delincuencia busca el control de las policías, y se necesita que exista la inseguridad para que la sociedad advierta que sus miembros no pueden protegerse solos, y entonces valga la pena pagar por la protección o por el menor de los daños o lo que es lo mismo, a mayor miedo, mayores resultados en materia de extorsión y cobro de piso.

Pero más preocupante aún son los datos de la Encuesta de Victimización (ENVIPE, 2023), que menciona que tan solo en 2023, el delito de cobro de piso y la extorsión, ocupó el tercer lugar de recurrencia a nivel nacional y se presentó en al menos 23 estados del país. Estos datos están basados en denuncias y sabemos que estos delitos casi nunca son denunciados.

Efectivamente, según ENVIPE 2022, en Baja California, el 98% de los delitos de extorsión no se denuncian y esta falta de registros, además, se convierte en un pretexto muy cómodo para las autoridades, las cuales argumentan que no se trata de un problema grave, pues la gente no denuncia.

Por ello cobra sentido la información dada a conocer por la Concanaco (Confederación Nacional de Cámaras de Comercio), en el sentido de que tan solo entre 2020 y 2022, de sus 750 mil empresas afiliadas, al menos 35 mil salieron del mercado debido a la inseguridad, bloqueos en carreteras y la criminalidad provocando pérdidas por aproximadamente 277 mil millones de pesos.

Esperemos que las nuevas autoridades, en especial las federales, tomen el asunto en serio y combatan frontalmente este cáncer que lo mismo ataca a todo tipo de empresas y personas físicas y que por miedo y desconfianza en las autoridades, no presentan las respectivas denuncias.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo

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