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Inmigración y empleo en Estados Unidos

Contrario a las afirmaciones alarmistas de Donald Trump y otros detractores de la inmigración, el aumento de inmigrantes en Estados Unidos no ha perjudicado las oportunidades laborales de los nacidos en el país.

Ismael  Plascencia López

Contrario a las afirmaciones alarmistas de Donald Trump y otros detractores de la inmigración, el aumento de inmigrantes en Estados Unidos no ha perjudicado las oportunidades laborales de los nacidos en el país. De acuerdo con los datos económicos del vecino país, desde que el presidente Biden asumió el cargo en 2020, se han creado 15.7 millones de empleos, y los datos muestran que tanto los norteamericanos como los inmigrantes se han beneficiado de este crecimiento.

Es cierto que los inmigrantes han representado una parte significativa de este aumento, especialmente en comparación con el crecimiento más moderado observado desde 2019, el año anterior a la pandemia. Sin embargo, esto no signiSeñales. fica que los inmigrantes estén “robando” empleos a los estadounidenses. De hecho, la tasa de desempleo entre los trabajadores nacidos en Estados Unidos se encuentra actualmente cerca de mínimos históricos, lo que indica que hay suficientes oportunidades laborales para todos.

La disminución en la participación de los norteamericanos en la fuerza laboral, que algunos atribuyen erróneamente a la competencia de los inmigrantes, se debe principalmente al envejecimiento de la población. Las proyecciones demográficas realizadas antes de la pandemia y del reciente aumento de la inmigración ya anticipaban esta tendencia a medida que los “baby boomers” se jubilaban.

Lejos de ser una amenaza, la inmigración ha sido un motor clave del crecimiento económico. Los inmigrantes en edad laboral han llenado vacantes que de otro modo habrían quedado sin cubrir, la creación de empleo y contribuyendo a la recuperación económica. Sin su aporte, el país no habría logrado los niveles de empleo actuales.

Además, los datos demuestran que la inmigración no ha deprimido los salarios de los trabajadores estadounidenses. Al contrario, los últimos años han sido testigos de un crecimiento salarial notable, especialmente para los trabajadores peor pagados. Esto sugiere que los inmigrantes no están compitiendo directamente con los trabajadores norteamericanos por los mismos empleos, sino que están aportando habilidades y ocupando nichos laborales diferentes.

Más allá de los beneficios económicos directos, la inmigración también ha tenido efectos positivos indirectos. Por ejemplo, el aumento de la oferta laboral gracias a la inmigración ha ayudado a contener la inflación, permitiendo una rápida recuperación del empleo tras la pandemia sin presiones inflacionarias excesivas.

A largo plazo, la inmigración también tiene un impacto positivo en las finanzas públicas. Los inmigrantes adultos suelen pasar años pagando impuestos antes de ser elegibles para programas de Seguridad Social, lo que contribuye a un alivio fiscal para Estados Unidos.

En conclusión, la evidencia disponible refuta las afirmaciones negativas sobre el impacto de la inmigración en el empleo en Estados Unidos. Los inmigrantes no están quitando empleos a los estadounidenses, sino que están contribuyendo al crecimiento económico, la creación de empleo y la estabilidad de los precios.

Desde luego, en una época de posverdad en donde los demagogos lideran a masas de ignorantes y los datos no importan, el candidato Trump no tardará en lanzar acusaciones y diatribas a los inmigrantes, así como a los socios comerciales como México, quienes han contribuido a que la economía norteamericana se recupere más rápido de las presiones inflacionarias.

*El autor es Presidente del Colegio de Economistas de Baja California y Consultor Empresarial.

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