Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

Deadpool & Wolverine. Dir. Shawn Levy

El mercenario bocazas vuelve a las andadas, y en esta ocasión viene de la mano de Wolverine (en su décima aparición cinematográfica).

Manuel  Ríos Sarabia

El mercenario bocazas vuelve a las andadas, y en esta ocasión viene de la mano de Wolverine (en su décima aparición cinematográfica). Lo que hace de esta tercera parte algo especial es que se trata de la primera película que integra a los personajes de Marvel, que anteriormente estaban bajo la custodia de 20th Century Fox, con todo el universo canónico de Marvel Studios (debido a que el ratón compró a Fox), además de ser la primera película de Marvel con clasificación C (sólo para adultos).

Si lo anterior suena por demás enredoso, quizá esta no sea la película que están buscando, ya que se trata de un producto especializado, incluso dentro del género. Las dos primeras partes de Deadpool fueron sátiras irreverentes, e irrelevantes, de los ya desgastados superhéroes, algo parecido a Naked Gun pero con spandex, agregando violencia extrema y la característica de que Deadpool (como en los cómics) tiene la capacidad de romper la cuarta pared, para dirigirse directamente al espectador con chistes metatextuales que hacen referencia a los cómics y a otras películas. Si esto suena como una parodia de la revista Mad, es porque justo de eso se trata. En esencia, es un producto inevitablemente pueril.

El año pasado, prácticamente todas las cintas del género fracasaron en taquilla. En este clima de mediocridad y hartazgo, Deadpool necesitaba un gran gancho para atraer a los espectadores a las salas. Wol. Ve. Rine. (Hugh Jackman), personaje eternamente favorito de los lectores de comics, que a pesar de haber muerto en Logan (2017), tal como en las historietas, y gracias al pacto con el diablo que representa la adquisición de Fox por Disney, está de vuelta para vender boletos.

Con una trama, que de nueva cuenta depende del multiverso, lo cual, como todo lo que sucede en la historia, es una burla de los defectos del género, la muleta sirve para desempolvar personajes de Marvel/Fox en forma de chiste, porque la gran parte de esas películas son realmente irredimibles. La mayoría de las burlas son tan específicas, que, alrededor del cincuenta por ciento de referencias no son registradas por el publico general. Y es que el humor está tan enfocado, que se requiere saber, no sólo de personajes y películas, sino de dibujantes y arcos narrativos precisos, y en el caso de cierto mutante de Louisiana, incluso de cintas que nunca llegaron a ser producidas. Un verdadero sueño húmedo para fanáticos obsesivos.

Dentro de este gran collage de majaderías y gore hecho a la medida para varones adolescentes, lo que sí funciona es justamente lo que está intencionado para burlarse del público al cual está dirigido, haciendo hincapié en el innegable contenido homoerótico, inherente en la historia de los superhéroes, y llevándolo mucho más lejos de lo que llegó Schumacher en sus incomprendidos Batmans (1995, 1997). Finalmente, todo esto implota en un trillado y cataclísmico climax… pero genialmente musicalizado con la obra maestra de Madonna. ¿Que podría ser más gay? Además de una identidad secreta, vestirse en licra de colores y salir por las noches...

Para desconectar el cerebro y reír durante dos horas, mientras los improperios, las insinuaciones sexuales y los descuartizamientos caricaturescos, no sean un problema, pueden contar con Deadpool… y Wolverine.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí