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Control de rondines

Los relojes checadores tienen sus orígenes en una empresa predecesora establecida en 1878 por Abraham A. Newman para fabricar y vender relojes estacionarios.

Marco Antonio Hermosillo

Los relojes checadores tienen sus orígenes en una empresa predecesora establecida en 1878 por Abraham A. Newman para fabricar y vender relojes estacionarios. Este fue un período antes de que los relojes de tipo portátil tuvieran un uso generalizado. A través del nombre Newman, Detex ha observado más de 140 años de participación en la industria de los relojes y continúa con orgullo el nombre de dos de sus productos.

Un reloj de este diseño se introdujo en el mercado en 1902. También presentaba, por primera vez en Estados Unidos, una esfera y manecillas de esfera completa, para que el vigilante pudiera usarla para decir la hora. El reloj “Newman” revolucionó la industria y, casi de la noche a la mañana, dejó obsoletos todos los modelos anteriores. Mejoró notablemente la utilidad y, especialmente, la confiabilidad de los relojes portátiles. Fue el primer reloj portátil en recibir la aprobación incondicional de las organizaciones de calificación de seguros.

En 1912, una empresa alemana se acercó a Newman con una nueva idea: en lugar de utilizar diales como medio de grabación, ¿por qué no utilizar una cinta de papel? Los diales tenían que cambiarse todos los días, pero las cintas continuas podían mantener un registro continuo que cubriría varios días de servicio.

Quizá sea importante para algunos jóvenes explicar que este reloj era como caja redonda, en la parte frontal del reloj está protegida por cristal que cubre las manecillas y tablero donde se encuentran los numero del 1 al 12; construido de cuero duro y correa de cuero para el hombro.

El guardia que llevaba el reloj visitaba una serie de estaciones en un orden predeterminado. En cada una, insertaba una clave de grabación. Esto registraba el número de la estación en la cinta de tiempo del reloj. Cuando un supervisor revisa la cinta, puede saber de un vistazo cómo el guardia cumplió fielmente con sus deberes. El registro era inalterable, a prueba de manipulaciones y de coartadas. El supervisor podía estar seguro de que el guardia inspeccionó las áreas que le fueron asignadas. y, como ocurría con todos esos relojes, el guardia aprecia que su confiabilidad es una cuestión de indiscutible registro

Los años pasaron y el sistema de control de rondines tiene el mismo principio, solo que hoy se denominan “”Check point”, este tipo de sistemas es sumamente versátil y dentro de una gran cantidad de aplicaciones es ideal para los recorridos de seguridad, las inspecciones, la supervisión de trabajos de mantenimiento, limpieza preventivo, o cuando necesite darle seguimiento a personas, artículos, localidades o actividades.

Se instalan una serie de botones con un chip interno, cada botón posee su propio número de identificación, a través de una ruta a recorrer, el personal usa un lector electrónico cada vez que pasa por un área en específico.

La grabación se baja a un programa en la computadora, donde se puede observar e imprimir el horario de los recorridos.

Tiempos traen tiempos, mismo principio diferente tecnología; considero que se sigue imponiendo la creatividad ante la modernidad.

*El autor es Coordinador del Área Pericial del Instituto INJUS.

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