Supernumerarios

Desde hace tiempo se veía venir e incluso ya se había comentado en este espacio: la salida del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) de la magistrada Olimpia Ángeles Chacón por enfermedad. Ya era algo insostenible, puesto que el problema de salud de la togada le impedía realizar sus labores de manera correcta, con lo que podía afectar el buen funcionamiento de la justicia, puesto que sus capacidades están disminuidas desde hace tiempo.

Ángeles Chacón tendrá de momento una incapacidad de 90 días y en el Congreso del Estado ya se dictaminó el proyecto de solicitud de retiro voluntario, solicitado por ella misma, con efectos desde el 16 de diciembre próximo.

No está claro aún si la magistrada tendrá derecho al haber de retiro.

Siendo un hecho su salida, tendrá que ocupar su lugar uno de los dos magistrados supernumerarios, que son Juan Salvador Morones Pichardo y Ana María Elías González Rosas.

En el orden de prelación está Morones Pichardo, así que es posible que en los próximos días asuma esas funciones.

Y para el 10 de septiembre Elías González Rosas tendría que asumir como supernumeraria el lugar que dejará el togado Jesús Espinoza Orozco, puesto que el concurso de oposición para la vacante, aparte de estar viciado de origen, los diputados de la anterior legislatura no pudieron designar uno porque predominaron los pleitos por poner a sus preferidos, no al más apto o apta.

Por cierto, el pasado viernes el diputado Juan Manuel Molina García ahora sí que se metió “hasta la cocina” del Poder Judicial del Estado, porque fue en la sede de ese Poder donde realizó la sesión para instalar la Comisión de Gobernación, Legislación y Puntos Constitucionales que preside él mismo.

SE ADUEÑARON DE LA PLAYA

El Baja Beach Fest, que se realizó el pasado fin de semana, se apodera de un amplio tramo de la playa de Rosarito por más de 3 semanas y los días del evento de plano, cierran todo acceso a visitantes y locales sin importar que la ley impide esta maniobra.

La Ley General de Bienes Nacionales establece en el tercer párrafo del artículo 8, que el acceso a las playas marítimas y la zona federal marítimo terrestre contigua a ellas “no podrá ser inhibido, restringido, obstaculizado ni condicionado, salvo en los casos que establezca el reglamento”, sin embargo para el Baja Beach Fest se permite por parte de las autoridades locales su cierre.

De hecho hasta se intentó restringir el paso a los salvavidas por parte de empleados contratados para la vigilancia, quienes colocaron una valla metálica hasta donde llegaba el agua del mar.

Por si esto fuera poco, se cerró un tramo del bulevar Benito Juárez a la altura de la Zona Turística, provocando un caos visual en la ciudad, pese a que existe un comité que regula la actividad turística en la Zona Centro (Comeres), donde se establece la prohibición de realizar eventos que cierren el tránsito en este bulevar, considerando que es el único que cruza la ciudad. Restauranteros de la Zona Centro de Rosarito se quejan por las bajas ventas del fin de semana del Baja Beach Fest ya que si bien llegan miles de turistas, se concentran en torno al evento, donde les venden comida y bebida a precios estratosféricos, pues de acuerdo a comentarios en redes sociales de asistentes al evento, una botella de agua tenía un costo de 5 dólares es decir, casi 100 pesos.

Aunque se contrata mucho personal para vigilancia interna, el video de la tremenda golpiza a un asistente neoyorquino se volvió viral y aunque los organizadores de inmediato desmintieron que el joven había muerto, en redes sociales el hecho causó indignación. Las autoridades dieron a conocer que no hay personas detenidas por esta agresión y la Policía Municipal de Rosarito no consignó el hecho en sus reportes de hechos sobresalientes, a pesar de que el joven terminó en el hospital público.

Así se vivió el Baja Beach Fest en Rosarito y todavía duraron días para liberar la playa.