Sin sentido está difícil

Aristóteles. La semana pasada comentábamos de la nueva época que estamos viviendo y de las profundas crisis en el individuo: crisis de soledad en la sociedad, crisis de identidad y crisis de atención por lo artificial. En esta colaboración vamos a comentar otras tres que inciden más en la persona.

VEAMOS

Crisis de sentido de la vida: y aquí no estamos hablando del debate entre más libertad como lo dice la política de la derecha, o de más igualdad como lo dice la socialista, sino el debate que existe hoy en la sociedad con respecto a lo que es la verdad. Cuánto de lo que sale hoy en los medios de comunicación es verdadero y que tanto es falso, nos parece que son más las fake News. Es difícil dar con la verdad en este mundo actual, pero eso no significa que no exista y además debemos de luchar por conocerla y alcanzarla. Además hay un aspecto clave con respecto a la verdad: si no existiera entonces tampoco subsiste lo que es bueno y lo que es malo, ya que ambos siempre serán en referencia a algo que es cierto y superior.

Y para acercarnos a la verdad será necesario hacerlo con humildad, dispuestos a rectificar si nos damos cuenta de que estamos equivocados.

CRISIS DE CONFIANZA

Ligada con la anterior, si no tenemos confianza en lo que nos dicen los medios de comunicación queda comprometido el crecimiento de las personas, hay un estancamiento. Para crecer se necesita confianza.

También se puede decir que hay crisis de fe, la crisis de espiritualidad. Lo artificial, lo digital, la tecnología está quitando la idea de desarrollar lo espiritual. Y esto afecta primordialmente a las familias. Si los hijos no crecen en el aspecto espiritual no tendrán desarrollada capacidad para salir adelante. Veamos algunos datos: en el mundo está creciendo el ateísmo y el agnosticismo, el 78% de la población en USA era cristiana en 2007, para 2020 había bajado al 63%. También en este país el 60% de los jóvenes menores de 34 años no son creyentes, y 1 de cada 8 matrimonios practica su religión.

En Inglaterra el 36% de los adultos no creen en Dios, y en México el porcentaje de católicos en 1980 era del 92%, actualmente es el 77%.

ESPERANZA

En España hay un libro recientemente publicado que lleva el título de Futurofobia, que se refiere a que lo que está por venir está peor. Y resulta que son los jóvenes los que están padeciendo este tipo de pensamiento, cuando eran precisamente los jóvenes los utópicos, los que tenían ideales grandes por cambiar el mundo y mejorar las cosas.

CONCLUSIÓN

Estimado lector nos da la impresión de que se tiene una tarea muy grande hoy en nuestras familias y en nuestro entorno, que es el de transmitir e infundir esperanza, porque cuando se pierde ésta uno se deja llevar y pierde rumbo y sentido la vida. Y junto con la esperanza desarrollar la paciencia: los dos aspectos que contribuyen a la felicidad del individuo es el amor y el trabajo, y ambos su plenitud se logra a través de mucho esfuerzo y perseverancia, y en esta época de inmediatez se ha disminuido mucho. No nos resta más que agradecer al Dr, José Antonio Lozano el haber compartido estas ideas a través de su charla. ¡Feliz domingo estimado lector!.

*- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.