Darle vuelta a la hoja
“Por la armonía los estados pequeños se hacen grandes, mientras que la discordia destruye los más poderosos imperios.” Salustio
Ahora que estamos a unos cuantos días de que las nuevas Alcaldías inicien actividades, lo mismo que el gobierno federal, se hace más evidente la necesidad de que todos, sociedad, partidos políticos y gobierno, trabajemos hacia el mismo objetivo, el bienestar de Baja California, de Tijuana y desde luego de México.
A partir de que concluye la elección de y éstos son investidos como los nuevos servidores públicos, viene una época en la cual se deberá buscar que las heridas provocadas en el campo de batalla político, cicatricen y todo aquello que fueron ánimos exaltados se conviertan en deseos de un mejor futuro para Tijuana, lo que fue rencor, sea pretexto para tejer en la pluralidad el destino de nuestra Ciudad. Lo que fueron envidias y golpes bajos sean ocasión de encontrar la reconciliación entre las diferentes fuerzas políticas, porque por encima de una contienda electoral, está nuestro futuro.
Para todos esta elección debe ser un aprendizaje, pues tenemos que sacar provecho de los resultados obtenidos, pero sobre todo, debemos cerrar el capítulo de la discordia, el enojo, la ira, la envidia y todos aquellos sentimientos de frustración que en nada conducen a lograr esa Ciudad que todos queremos.
Es tiempo, pues de cerrar filas, de unir esfuerzos, de aprovechar propuestas, aunciones: sean de otros, si en su implementación se tiene asegurado el desarrollo de nuestra comunidad, pero sobre todo, entender que Tijuana no se rehace cada 3 años. Tijuana se complementa con nuevas ideas y nuevas formas de gobernar, pero el destino y el rumbo no cambian, es el progreso, la seguridad pública, el combate a la pobreza, el desarrollo económico sustentable, la dotación cabal de servicios públicos a toda la población, el combate a la corrupción, etc. Lo que debe de cambiar es pues, el estilo de gobierno, no el sentido de bien común.
Por eso hoy debemos de hacer un profundo análisis e independientemente de por quién votamos en junio pasado, tenemos la enorme responsabilidad de trabajar, desde nuestras trincheras, en hacer de Tijuana ese lugar donde el progreso y el desarrollo sean los factores que la definan y donde la seguridad, la transparencia, la armonía y el bienestar de sus ciudadanos, sean sus elementos distintivos.
En el ámbito federal, se tienen grandes esperanzas de que la nueva Presidenta lime las asperezas provocadas por el gobierno que se va, dejando atrás los motes de “fifís” o “chairos”, pues antes de eso somos mexicanos. Que lo que fueron enconos con el Poder Judicial o con los órganos autónomos, sean ahora oportunidad de construir un mejor futuro, con reglas claras y eso sí, con mucha transparencia. Ya basta de echar culpas a los anteriores gobiernos, a los neoliberales, a los empresarios o a los conservadores, o al gobierno de Estados Unidos, o a España que no ha pedido perdón por la conquista, es tiempo de trabajar hacia el mismo rumbo, sumando a todos.
Démosle pues, la vuelta a la hoja del capítulo electoral y construyamos esa nueva sociedad en donde todos, independientemente de filiación política, tengamos cabida.
*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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