Donar órganos

Hoy, sí se conmemora algo muy serio, es el día mundial de donación de órganos. Conforme se avanza en evitar el rechazo más se logra en trasplantes. Un amigo judío me contaba la historia de un rabino que pensó que para qué quería dos riñones, y donó uno a un desconocido al que le salvó la vida. ¿Cuántos seríamos capaces de algo así? Cuando se trata de un familiar de primer grado generalmente hay donación en México, pero ¿Cuántos jóvenes están registrados en el centro Nacional de Trasplantes CENATRA?

La donación de sangre tendría que ser abundante, no por reposición a alguna cirugía o tratamiento, voluntaria y espontáneamente como lo es en países como Dinamarca. La donación de órganos se concentra en riñón, hígado, pulmón, médula ósea y corazón. Lo que podamos donar vivos bien, muertos todo. Llama la atención que no encontré ningún lugar donde el trasplante de órgano de cadáver a vivo sea una regla, un mandato. Entiendo la reticencia de los creyentes o de aquellos que se preocupan porque los cremen o entierren, pensar que muerto te van a mutilar genera aversión por negar la muerte misma. Si somos realistas, ninguno nos enteraríamos en qué terminarán nuestros restos, y serían otros los que se preocuparían. Los vivos, mediante la negación de que están frente a un cadáver humano y la persona ya no existe, le llorarán y adorarán el lugar de sus restos, no por más de una o dos generaciones, todos acabamos en polvo sin nombre. Un accidente, un infarto, una muerte cerebral, hay condiciones idóneas para que a un cadáver le sea extraído alguna parte. Si no estás registrado en CENATRA depende de tus familiares la decisión de donar, difícilmente a tiempo, ya que es algo abrupto de decidir cuando se está abrumado por la muerte de alguien. En un futuro no lejano los trasplantes serán gradualmente sustituidos por órganos artificiales o generados biológicamente, inclusive podemos pensar en el trasplante de un riñón animal, genéticamente modificado, el del cerdo nos queda más a la medida, por algo será. La IA ayudará a aliviar la espera de alguien que depende de una donación para no terminar tempranamente su vida, para miles es un asunto de vida o muerte. Generar información y acceso al registro es también generar conciencia cívica. El honor a los muertos es parte fundamental de nuestra historia, individual y colectiva, el honor al cadáver debe cambiar. Los ritos funerarios de cuerpo presente deberían desaparecer, el problema es que forman parte de nuestra cultura universal. Si de algo hay hallazgos arqueológicos, es de ritos funerarios. Hacer de nuestros restos algo útil es maravilloso, hacerlo en vida es una gran confirmación del amor al prójimo.

*- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.