Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

Palabras, expresiones y herramientas adoptadas

La Criminalística desde su inicio ha carecido de palabras, expresiones y herramientas propias, como para su desempeño intervienen una serie de características que ha tenido que adoptarlas de otras ciencias y oficios.

Marco Antonio Hermosillo

La Criminalística desde su inicio ha carecido de palabras, expresiones y herramientas propias, como para su desempeño intervienen una serie de características que ha tenido que adoptarlas de otras ciencias y oficios.

Más allá de emplear el método científico, la criminalística es una ciencia porque estudia resultados, resultados observables y tangibles de los eventos en su mayoría delictivos.

Entendamos por evento delictivo, aquel suceso dado en el mundo real, cuya consecuencia transgrede una norma, o ley de tipo prohibitiva, alterando el equilibrio físico, trastocando con ello el orden social impuesto por el Estado. Así, la criminalística busca conocer los estudios de diversos elementos físicos para darles una interpretación técnico científica de su morfología, estructura y relación con un hecho a investigar, tal y como lo adujera Mario Tamayo y Tamayo: “Conocer es una actividad por medio de la cual el hombre adquiere certeza de la realidad, y que se manifiesta como un conjunto de representaciones sobre las cuales tenemos certeza de que son verdaderas”. Los resultados que trata la criminalística son aquellos originados por una irrupción física dada a través del contacto entre un objeto y otro que dejará una marca; esto es, el forcejeo que hace una persona con un destornillador para fracturar una cerradura o candado, va a dejar una marca o señal del contacto entre dichos objetos; de éste contacto, se va a producir un resultado físico, el resultado de la señal de una marca que será materia de estudio del experto forense para precisar, a través de diversos razonamientos, las formas y modos en que el contacto de tales objetos resultó en el debilitamiento de una estructura

Recientemente en Criminalística se maneja el término “Contaminación cruzada”, un término manejado en medicina, que supone la principal causa de infecciones nosocomiales, “las infecciones contraídas por un paciente durante su tratamiento en un hospital u otro centro sanitario y que dicho paciente no tenía ni estaba incubando en el momento de su ingreso” según la OMS.

Dentro del argot de la Criminalística, se entiende como “Contaminación” a toda sustancia u organismo, externo a la muestra estudiada, que con su presencia pueda alterar de forma negativa la materia estudiada.

Importante es aclarar que la palabra argot es un préstamo del francés proveniente del siglo XVII, que originalmente designaba a un conjunto organizado de mendigos (pues argoter significaba “mendigar”, “pordiosear” o “robar”). Pero con el tiempo este término acabó designando al lenguaje específico que utilizan las personas pertenecientes a un mismo grupo, definido en base a su estatus social, su profesión, sus aficiones, u otros factores comunes.

Ahora sí, el diccionario de Webster define la contaminación como; “Hacer impuro, corrupto, por contacto; contaminar”. La contaminación potencial de la evidencia física puede ocurrir en la escena del crimen, durante el empaque, la recolección y el transporte de la evidencia a una instalación o laboratorio seguro, y durante el análisis y almacenamiento de la evidencia.

Aquí tenemos otro término adoptado, pero justificado en aras de robustecer la terminología Criminalística.

*El autor es coordinador del Área Pericial del Instituto INJUS

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí