Elecciones en USA
“La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular.” Juan Pablo II
En menos de una semana, el próximo martes 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, entre la candidata demócrata, Kamala Harris, y el candidato republicano, Donald Trump, sin embargo se encuentran prácticamente empatados en las encuestas, siendo una de las elecciones más cerradas e impredecibles en los últimos años.
A diferencia de México y de muchos países en el mundo, donde tenemos una democracia directa, en los Estados Unidos tienen una democracia indirecta, en la cual existe un Colegio Electoral compuesto por 538 votos y por lo tanto, el candidato que obtenga 270 o más de esos, será el ganador.
La parte más complicada para llegar a esos 270 votos, es el hecho de que éstos se obtienen en cada uno de los 50 estados de la Unión Americana y cada estado tiene un número distinto de votos, dependiendo de su población, así por ejemplo California, que es el más poblado, goza de 54 votos, mientras que Wyoming o Alaska apenas tienen tres.
Este sistema se complica aún más por el hecho de que si en un estado, un candidato gana con el 50.3% de los votantes, todos los votos electorales se le otorgan al candidato ganador, mientras que el 49.7 de los que acudieron a votar, que pudieron ser cientos de miles, no serán tomados en cuenta para elegir al presidente. Esto ocurrió precisamente en la contienda ennoviembre tre Hillary Clinton y Trump, cuando ganó este último a pesar de que Hillary obtuvo casi 3 millones de votos más.
Pues a unos días de que se de esta encarnizada elección, la moneda está en el aire y no hay nada cierto para nadie. Se enfrentan, por un lado, una candidata, con raíces indias y jamaiquinas en sus venas, además de ser mujer y por el otro, un candidato misógino que está en contra de las minorías y especialmente de los inmigrantes y pese a lo contradictorio que suena, su actitud ha generado muchas simpatías entre muchos votantes que defienden el “Nativismo” como una especie de tesoro nacional.
Esta ideología o pensamiento busca defender o privilegiar a los nacidos en el país de que se trate, rechazando a los emigrantes extranjeros. Se dice pues que el nativismo es una de las expresiones del nacionalismo demográfico donde los extranjeros nunca son bien recibidos, al considerarlos distintos a ellos, por origen geográfico, racial, religión o cualquier otro rasgo socioeconómico.
El nativismo ha estado presente en muchos países. En Estados Unidos data desde sus orígenes independientes, a pesar de que los “padres fundadores” (John Adams, John Jay, Benjamin Franklin, James Madison, Alexander Hamilton, Thomas Jefferson y George Washington) citaban en sus discursos a Rousseau, Montesquieu, Locke y a otros autores liberales, los norteamericanos originales eran tremendamente elitistas.
Efectivamente, los protagonistas de la lucha independentista, eran, sobre todo, hombres blancos con propiedades que se rebelaron en contra de los impuestos que imponía la Corona, pero dejando de lado a las mujeres y a las personas de color, pues solo los blancos podrían hacer de los Estados Unidos “una gran nación”. Mensajes que ha sabido explotar muy bien el candidato republicano.
La gran duda es, ¿ganará la intransigencia y el nativismo o le darán paso a una inmigrante de color que además es mujer y brillante?
*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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