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Mexicali de la A a la Zeta

Mexicali es una ciudad que, por su historia y desarrollo, por las distintas culturas que la forjaron, es única en sus gestas comunitarias y en sus gestos colectivos.

Gabriel  Trujillo

Mexicali es una ciudad que, por su historia y desarrollo, por las distintas culturas que la forjaron, es única en sus gestas comunitarias y en sus gestos colectivos. Podemos entenderla como una urbe hecha contra viento y arena, plena de prodigios y milagros, de maravillas y pesadillas. De ahí que los habitantes de esta población fronteriza se han dedicado, generación tras generación, a contar las historias que responden al espíritu común de los mexicalenses, a preservar su espíritu distintivo, sus afanes, sus hazañas. Entre los escritores que han escudriñado su pasado, que lo han contado en periódicos, revistas y libros, sobresalen personajes de la talla de Héctor González, Pablo Herrera Carrillo, José Castanedo, Pedro F. Pérez y Ramírez, Celso Aguirre, Valdemar Jiménez Francisco Dueñas, Adalberto Walther Meade, Maricela González, Aidé Grijalva Larrañaga y quien esto escribe, entre muchos otros. Ahora se les suma un historiador profesional, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC, Víctor Manuel Gruel Sández, que en 2023 publicó su libro Abecedario de Mexicali. Historia no-lineal de su urbanización en el siglo XX.

Por el subtítulo de esta obra parecería que estamos ante un simple trabajo académico dedicado a estudiar a Mexicali como una ciudad en crecimiento, poniendo especial atención a sus nodos más reconocidos en términos arquitectónicos, urbanos, de plaza pública y memoria social. Pero Gruel va más allá. Como lo explica en su presentación en una sección que él denomina “Instrucciones de lectura”, nos encontramos ante un libro que apuesta por el azar, por el caos: “Creo que la tarea de divulgar la historia del desarrollo urbano de Mexicali puede prescindir de la exposición tradicional y, en cambio, explicar de manera lúdica hitos selectos de su historia urbana. Para ello reconstruí una especie de retícula imaginaria de los procesos materiales y sociales que definieron la actual configuración de la ciudad”.

Entre estos hitos selectos podemos encontrar, en este libro-rompecabezas, sitios y lugares como aeropuertos, boliches, ejidos, ferrocarriles, parques, iglesias, lasidenta fábricas, monumentos, quioscos, ranchos, plazas de toros, viviendas, secciones urbanas, subestaciones, así como la UABC, las colonias agrícolas, el Río Nuevo, el zoológico de la ciudad y en medio de todo ello, con la mirada curiosa del que no quiere perderse nada, aparece el yo del propio historiador, el cuentista de las mil y una noches y días de un Mexicali que es jolgorio y desastre, trabajo y negocios, esfuerzo y persistencia. Y aunque se dejan fuera sitios tan emblemáticos como la Chinesca y la zona roja, desde un principio Víctor Gruel organiza su diccionario desde su historia personal, desde sus quereres y nostalgias, desde una subjetividad que no está reñida con señalamientos culturales y con apreciaciones estéticas: “Debido a su formato experimental, este abecedario no es un libro convencional de historia académica: resulta más bien un intento por aplicar un modelo de narración no-lineal que aborda, con irrenunciable rigor documentalista, los años fundamentales del crecimiento urbano a lo largo del siglo XX”. Y su autor agrega: “Dicho carácter no-lineal sirve para simplificar y situar los cambios históricos ocurridos entre las décadas de 1950 y 1980, pasaron en su materialidad al olvido en la medida que quedaron absorbidos por la ure”.

El habitar la ciudad contra todo pronóstico es lo que más se expone en este libro: la forma en que los mexicalenses tomaron para si este poblado fronterizo y lo hicieron suyo. La perspectiva de Gruel es la de los empresarios, políticos y agricultores que se abrieron paso por estas tierras, sin más leyes que las que ellos establecieron, sin más estilos de vida que los que ellos adoptaron para su propia supervivencia. Aunque no se exprese directamente, lo que aquí resalta es la ambición, la codicia, el voluntarismo a destajo en una sociedad de frontera que despierta la curiosidad de este joven historiador. Basado en documentos oficiales, libros de memorias y noticias periodísticas, estamos ante el relato de una comunidad hecha a sí misma. Detrás de cada dato, fecha y personaje, podemos aquilatar las leyendas que rodean a ciertos espacios urbanos, los mitos que impusieron los cachanillas que levantaron Mexicali desde el neoliberalismo salvaje. He aquí, en estas páginas, un abecedario para conocer mejor cómo contamos nuestra propia historia, qué lugar mágico hicimos entre todos, cuáles mentiras seguimos compartiendo cuando miramos hacia el pasado. Un libro imprescindible para curiosos insaciables. Una obra que apela a la nostalgia urbana desde su prosa afable, desde su aire juguetón.

*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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