El deporte de luto
Caló hondo la noticia del fallecimiento de Apolinar Reyes Vega, en San Diego.
Caló hondo la noticia del fallecimiento de Apolinar Reyes Vega, en San Diego.
Muchos identifican únicamente a Apolinar como presidente de la Asociación Estatal de Béisbol de Baja California, pero también fue un exitoso manejador de softbol, incluso a nivel nacional.
Su equipo, Kings, fue uno de los pioneros de la Primera Fuerza en la Liga de Softbol Mesa de Otay, cuando se jugaba de día en lo que, después, fueron los campos Doctor Joaquín Veytia Chávez y Miguel Ruiz Camilo.
Duelazos protagonizaban los Kings con los equipos Avenida I, patrocinados por el doctor Veytia Chávez y el Canal 6.
Bajo sus órdenes tenía a sus hijos Enrique y Mario, quien lamentablemente falleció cuando lanzaba softbol, en la Liga de Otay.
Tenía también a los Leaño, Ramón, que era el caballito de batalla en el pitcheo, Ángel y el junior Ángel, que no hace mucho tenían equipo en la Liga Municipal.
Además, a los Amaya, Pilar y Jorge, éste un buen jugador de carambola, los Enriquez, Jaime y Enrique, además de Rubén Bayón, directivo de uno de los clubes de carros antiguos que hay en la Colonia Libertad.
En la Asociación Estatal, Apolinar siempre contó con el apoyo de Chano García y Ricardo Zurita Pizano, ya fallecidos y José Manuel Carreño, quien ahora es bombero.
Organizaron un Nacional de Béisbol de Primera Fuerza, en el campo Salvador Sierra Vera, que noche a noche estaba abarrotado, a principios de los 70s.
En ese Nacional hubo muy destacada actuación de un, en aquel entonces, jovencito Rubén Valenzuela, el Chato, quien recibió un llamado a la selección mexicana.
La competencia internacional en la que participaría el equipo azteca estaba programada para jugarse en Nicaragua, suspendida por el terremoto.
Roberto Clemente, el pelotero de Grandes Ligas, con los Piratas de Pittsburgh, fue una de las víctimas, pero no del terremoto, pero si cuando el avión en el que llevaba víveres a los damnificados, cayó al mar.
Gran aficionado al boxeo, muy conocedor, fue Apolinar, a quien veíamos muy seguido en las funciones que semanalmente se hacían en la Arena Tijuana 72, cuando el inmueble era propiedad de los hermanos Gómez y el Comandante Corona Marín.
No me consta, pero, parece, que en alguna ocasión comentó Apolinar que llegó a tirar guantes.
Hasta no hace mucho, Apolinar se dejaba ver en los campos de la Liga Amateur, siempre acompañado de Toño Labra.
Y al finalizar los encuentros, una buena charla en las mesas de El Burrito Jonronero, ya que gustaba de lo que ahí preparaban.
También tenía gusto por las hamburguesas que ofrece Tito Saldaña en la Avenida Aquiles Serdán, en la Colonia Libertad.
Y en los tiempos del Circuito Mayor de Básquetbol, se dejaba ver en el gimnasio de la Colonia Libertad, casa del Club Social y Deportivo Olímpicos, sede de los Cerveceros del Depósito Libertad, máximos ganadores de títulos en el CIMABA.
Una tradición en la familia Reyes es el softbol, su hijo Apolinar también la soltaba, lo mismo que una de sus nietas, que llegó a portar el equipo de Baja California en la máxima fiesta del deporte infantil y juvenil de México, la Olimpiada Nacional.
Las pompas fúnebres serán cuando les entreguen el cuerpo en San Diego y puedan traerlo a Tijuana.
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