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Siria libre después de 50 años

“Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos.” Bob Marley

Ignacio  Calderón Tena

Este domingo cambió la historia de Siria, después de una guerra contra el dictador Bachar al Asad, iniciada en marzo de 2011 y tras la huida de este sujeto, los sirios se logran sacudir a una familia de dictadores que desde hace 50 años gobernaban este país. Primero el abuelo que en los años setentas del siglo pasado, se hizo del control, transfiriéndolo a su hijo quien gobernó 29 años hasta su muerte y el nieto lo hereda en el año 2000.

Recordemos que en diciembre de 2010 inició en Túnez, la “Primavera Árabe”, donde un vendedor ambulante se inmoló ante la desesperación de haber perdido sus mercancías y sus ahorros por la policía del lugar, en virtud de que no había pagado sus impuestos, lo que provocó una reacción en cadena de muchos jóvenes que denunciaron en redes sociales los abusos gubernamentales, generando un descontento social que provocó la caída de varios gobiernos de la zona, no así en Siria, que su presidente reprimió las protestas que iniciaron una guerra que duró 13 años hasta la huida de Asad el domingo pasado.

Desde entonces la guerra ha provocado decenas de miles de muertos y el mayor éxodo de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.

Según la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, en el mundo hay actualmente 59.5 millones de personas refugiadas de los cuales, más de 11 millones son sirios que han tenido que abandonar su país y que representa más de la mitad de su población.

Lamentablemente esta guerra ha sido ocasión para que los grandes países tomen partido y apoyen a sus bandos preferidos, como el caso de Rusia que desde 2013, brinda apoyo logístico y material a Asad y ahora lo reciben en calidad de refugiado político. Por su parte los rebeldes han recibido apoyo del estado islámico, con lo que el conflicto ya escaló a niveles internacionales.

Estados Unidos, Francia y Reino Unido, también han aportado pólvora al conflicto. Donald Trump lanzó en abril del 2020 su primer ataque contra fuerzas sirias estallando 59 misiles en la zona.

Vale la pena comentar que este conflicto ya ha dejado más de 300.000 muertos, lo que lo convierte en la guerra más grande de la última década, la crisis humanitaria más brutal del Siglo XXI y el conflicto más sangriento de la Primavera Árabe y todo esto por la tozudez de un líder que se negaba a dejar el poder de un país que desde hace más de 50 años es gobernado por su familia. Los países en vez de atacar deberían de obligar a Bashar a renunciar y permitir que los sirios escojan libremente a su gobierno.

A partir del domingo pasado, los sirios vuelven a ser libres, sin embargo, el grupo rebelde que ha logrado echar fuera al tirano, obedecen a varios grupos, algunos de ellos demasiado radicales, como al Qaeda, que tomó el control de Damasco. Otros grupos que controlan territorio en el país son el Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, y las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos, elementos de los cuales Turquía considera una organización terrorista.

La gran duda es, si los nuevos gobernantes darán libertad a los sirios o solamente la violencia cambiará de bando.

*- El autor es asesor empresarial en Cabildeo

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