Sombras en Navidad
Mañana es Noche Buena, el Grinch es Trump.
Mañana es Noche Buena, el Grinch es Trump. Cómo un posible tsunami anunciado, así estamos esperando llegue. No podemos hacer mucho salvo no apanicarse ni precipitarse. Más pronto que tarde tiene que haber un acuerdo de mutua y cordial cooperación, eso no llegará sin que seamos usados como piñata inicial para mostrar su poderío. Ya es ganancia cuando es el arrogante de Trudeau quien se llevó el primer ridículo, aún no nos toca. Recordemos cómo le costó a Ebrard varias humillaciones el relato de Trump sobre como lo doblegó en un minuto, ahora lo volverá a tener en la mesa de negociación junto al Canciller. Si algún país está bajo amenaza inmediata el 20 de enero somos nosotros, no seremos los más atacados, pero si vilipendiados. Es como tener en el salón a un bully que es mucho más fuerte y poderoso que tú, un acosador, lo tendrás en el salón cuatro años, ya lo conoces de primaria, ahora es un adolescente con elementos psicópata narcisistas. Está sentado junto en clase y eres el más cercano y propenso a que inicie contigo desde el primer día de clases, como antes lo hizo. Además de ser un vecino fuerte y poderoso, es a su vez alguien muy criticado en clase con un compañero chino quien es realmente su rival. Finalmente tenemos que ser sus socios y amigos, nos necesitan por seguridad nacional, por contraste parece que no tienen objeción a la violencia que padecemos, les preocupa el fentanilo y los migrantes, por lo menos esa es su narrativa. Hasta parece que soplan al fuego con jugarretas como la del Mayo, sin declarar la guerra ya la hay. Esa es la otra sombra esta Navidad, es tal el poder del crimen organizado en México que la mayor parte de los tiroteos es entre bandas, en Sinaloa le dieron una patada al avispero. Por momentos parece que las muestras de poder y venganza con lujo de violencia callejera supera a las nuevas estrategias de seguridad. Como si el cáncer creciera más rápido que las células enfermas que se apagan con el tratamiento. Los videos de cobardes tiroteos a comensales habla de que no hay rincón seguro. Solamente los muy ricos están protegidos y tranquilos, la inseguridad es una injusticia social pendiente. Sin embargo, hay que tener esperanza, confiar en que tenemos un gobierno más maduro y que si sabemos apelar a la inteligencia de Trump podremos arreglarnos. En el sur hay un tema delicado, y es la frontera con Guatemala misma que debería estar controlada, las bandas están reclutando a los pobres que abundan. Son menos de mil kilómetros, con eso y los puertos se controlaría mucho la seguridad nacional. Feliz Navidad.
*.- El autor es psiquiatra y ejerce en Tijuana.
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