Reflexiones sobre el Espíritu Navideño
Confieso que este año no tenía espíritu navideño. Sin embargo, eso es algo muy subjetivo y puede ir cambiando a lo largo de la vida y en la medida que nos vamos haciendo viejos.

Confieso que este año no tenía espíritu navideño. Sin embargo, eso es algo muy subjetivo y puede ir cambiando a lo largo de la vida y en la medida que nos vamos haciendo viejos. Y ahora, ese espíritu de amor y de paz a mí me llegó más tarde y de una manera diferente.
A principios de diciembre no tenía esa prisa de todos los años por comprar regalos, ni por poner los adornos, ni por nada de eso que la mercadotecnia nos vende como espíritu navideño. Simplemente me he propuesto vivir una navidad distinta y disfrutarla estando presente.
No suelo escribir sobre estos temas en mis columnas, siempre las relaciono con temas empresariales, laborales o fiscales, pero esta Noche Buena para mi tiene un significado diferente y les quiero compartir mis reflexiones y contagiarlos de este nuevo espíritu navideño que traigo y que se regalen a ustedes mismos una noche de paz.
De hecho, estaba pensando en varios temas para escribir, iba a hacerlo sobre la controversial reforma a la Ley del INFONAVIT, la cual se postergó, por lo que ya habrá tiempo de tocar ese tema. También pensé en escribir sobre los altos costos que nos esperan a los empleadores para el 2025 pero de eso ya me ha tocado comentar en otros espacios y en varias ocasiones. En fin, siempre habrá temas de ese tipo y ahora prefiero enfocarme en reflexionar en esta época del año.
Mi primera reflexión es que los regalos no deberían ser un motivo de estrés, este año a mis seres queridos prefiero regalarles memorias, experiencias, tiempo de calidad. Entiendo que para muchas personas el dar regalos es su lenguaje de amor y es muy válido, pero en lo persoLa nal este año estoy muy consciente de lo efímero que es el tiempo y eso quiero dar.
Por supuesto si hay que dar regalos destinados a los niños y a los abuelitos, pues de ellos se trata la navidad. En las empresas también estoy a favor de los intercambios de regalos, las rifas para colaboradores y las fiestas de navidad son muy apreciadas y ayudan a reforzar los vínculos y a promover el compañerismo y la convivencia con quienes de alguna manera nos convertimos en familia ya que las buenas empresas son como una familia. Pero a lo que voy es que los regalos no deberían ser un motivo para estresarnos ni para hacer largas filas en las tiendas.
Mi segunda reflexión es que la época de navidad simboliza la esperanza en un mundo mejor. Soy más de la idea de ponerlo en práctica, de trabajar desde nuestras trincheras por un mundo más justo y por un país con más paz y unión. Todos podemos poner un granito de arena para ello.
Mi tercera reflexión es sobre estar presente y disfrutar estas fechas sin estrés, sin apuros, sin pensar en los atuendos, ni en las fotos, ni siquiera en la deliciosa cena, lo cual puede ser muy abrumador, si no realmente vivir la Navidad. Disfrutando a quienes están cerca, desconectándonos del trabajo, quizá creando nuevas tradiciones, etc.
Mi deseo para estas fiestas es que estés más presente que nunca, que el 2025 tengas un año lleno de salud y de amor y que encuentres tu propio espíritu navideño.
*- La autora es contadora pública certificada especialista en seguridad social.
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