Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

El Valor del Dinero

“Poderoso caballero Don Dinero” Refrán popular

Ignacio  Calderón Tena

Platón se preguntaba: ¿para qué quieren los ricos su dinero, si no es para hacer felices a sus amigos?, puesto que la amistad es un bien mayor que la riqueza. Su visión del bien de la comunidad era limitada: sólo a los amigos.

La filosofía del dinero nos dice que es una mercancía con dos características: cambia de valor cada minuto y es el principal motor del hombre para que el hombre trabaje, porque le permite cambiarlo por los satisfactores que desea, aparentemente sin límite alguno.

Dinero y moneda cumplen la misma función de manera distinta. El dinero se registra en cuentas contables y es intangible; la moneda se cuenta con las manos o se pesa, como la libra esterlina, y ambos solo valen por la esperanza que representan, o sea el valor del dinero está en la segura o insegura aceptación por los demás en el mercado, aun cuando la moneda puede tener un valor intrínseco por su metal o por su valor numismático, pero cuando esto sucede su uso como moneda desaparece.

El dinero es el inicio de cualquier forma de propiedad y la propiedad es la base del libre mercado, por lo que cuidar el valor del dinero (evitar la inflación) y la seguridad jurídica de la propiedad constituyen las bases de la libertad económica, sin la cual no hay libertad política.

Lo importante de inicio en la empresa no son la utilidades del capital, sino la mejora de la liquidez y del valor agregado que la empresa y las personas generan en el mercado, (producto interno) sin que los gobiernos se los quiten con burocracias enormes, programas sociales absurdos o financiando guerras.

El dinero, ya sea en forma física de monedas y billetes o de manera virtual o electrónica, es la principal herramienta de pago en todo el mundo.

El dinero activa la economía de un país, ayuda a que sus habitantes puedan tener acceso a un trabajo que les permita tener una vivienda, alimento, educación, salud, etc. tiene un valor nominal, que es el inscrito en la moneda o billete, y un valor real, que nos indica los productos que podemos comprar con esa moneda.

El hombre debe tener señorío sobre los bienes, no ser esclavo de ellos, pero ello en función del bien común de la sociedad. Las cosas no valen por lo que costaron sino por la utilización que se hace de ellas en una administración honesta y productiva. Sólo el futuro da el valor de las cosas.

Recordemos que para el derecho romano el dinero, como la propiedad, era materialismo puro, pues tenía 3 atributos esenciales: el “ius utendi, fruendi et abuendi” —o sea el derecho de usar, disfrutar y disponer aunque la traducción literal era el derecho de abusar de los bienes sin limitación ni responsabilidad social— y esto abarcaban también a las personas, es decir, los esclavos.

¿A dónde nos conduce nuestro mundo materialista, de riquezas, poder y placer como objetivos en sí mismos, y no como valores que la libertad puede hacer buenos o malos? Todas las decadencias históricas se han caracterizado por lo mismo: una sociedad muelle, superficial, hedonista, con políticos sin liderazgo de ninguna especie, carente de vínculos de cultura y de valores religiosos, aunque pueda ser muy instruida, cargada de información pero sin formación ni pensamiento.

Esperemos que estas fiestas nos hagan reflexionar sobre el auténtico valor del dinero.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí