Con dedicatoria
Matthew Alan Livelsberger, el soldado que se suicidó en un Tesla Cybertruck frente a las siglas y hotel de Trump, así será recordado.
Matthew Alan Livelsberger, el soldado que se suicidó en un Tesla Cybertruck frente a las siglas y hotel de Trump, así será recordado. El suceso es mucho más complejo. Cuando escribo esto solamente sé unas pocas cosas de este hombre, están soltando la información lentamente, entiendo porqué. Es todo un dilema para el gobierno americano qué hacer con esta singular historia. A diferencia del homicida Luigi Mangioni, este hombre no dejó un manifiesto, conscientemente. Me explico, mi hipótesis clínica es que presentó una depresión mayor con características psicóticas o depresión psicótica, una depresión tan profunda que lleva al sujeto no solamente a suicidarse, como puede pasar en una depresión mayor grave no psicótica, sino a matarse con todo y fuegos artificiales, con dedicatoria, como muchas cartas suicidas la tienen. Esta dedicatoria no tiene un destinatario definido, pero sí un objetivo, redimirse. Por las muertes que provocó en la guerra, y por la de sus compañeros caídos, así dejó escrito. Sin embargo, se puede entrever un destinatario ya que en esencia escribió que se trata de “una llamada a despertar al pueblo americano quien solamente le presta atención a los espectáculos y la violencia” y “qué mejor forma de llamar la atención que con fuegos artificiales y explosivos”. Evidentemente quería llamar la atención y no dañar a nadie, como experto que era calculó no provocar muertes. La elección del vehículo y lugar posiblemente lo hizo como los fuegos artificiales, lo que más llamara la atención. Pero inconscientemente armó un escenario que es un manifiesto en sí. Desde los psiquiatras clásicos se dice que la locura habla, algunos actos psicóticos muestran en su delirio mucho de la conflictiva social. Él no pretendía dañar a Trump y Musk, su inconsciente lo hizo. A pesar de tener un hijo casi recién nacido, parece que también se le activó una celotipia y quizá fue la chispa que prendió el delirio. La depresión psicótica es peligrosa para el que la padece como para su entorno, a diferencia de la gran mayoría de personas psicóticas no deprimidas que son los menos peligrosos para la sociedad. El temor a los locos es el temor a la propia locura, perder la razón es lo más cruel de la naturaleza, ser sin ser, son quienes deberían tener la mayor compasión social y no tenerlos en las calles como indigentes. Decir que la guerra le hizo daño, es saltarse que él quiso entrar a la guerra, eso ya hablaba de alguien dañado. No es una víctima de la guerra, es causa y consecuencia de ella, un guerrero que perdió la razón y ejecutó sin percatarse la foto para la historia, un reflejo de lo que muchos sienten hacia el dúo atómico.
*- El autor es psiquiatra y ejerce en Tijuana.
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