Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

Volumen uno

Apostaría doble contra sencillo que todos tenemos ideas para mejorar nuestra ciudad y nuestro entorno.

Pepe  Avelar

Apostaría doble contra sencillo que todos tenemos ideas para mejorar nuestra ciudad y nuestro entorno. Cosas simples y de sentido común que podrían hacer nuestros vecinos, nuestros amigos, el gobierno, pero que, por mil motivos, incluyendo la apatía y el desconocimiento, no se hacen.

De eso se va a tratar mi nueva etapa de colaboraciones para Periódico Frontera después de los más de 6 meses de descanso que me tomé de casi 20 años yendo y viniendo en su sección editorial.

Que mejor que el inicio de una administración municipal y un nuevo ciclo del gobierno federal para proponer lo que considero que puede ayudar a tener una ciudad más habitable.

Pero no solo me referiré a las potenciales acciones que pueden realizar nuestros gobernantes sino también a lo que podemos hacer como habitantes en lo particular o a través de las organizaciones sociales. Tenemos una responsabilidad compartida para “hacer ciudad”.

Para todos es obvio que Tijuana pasa por una grave crisis en casi todos los aspectos urbanos y de convivencia social.

Casi nada funciona pero, paradoja, aquí estamos funcionando, valga la redundancia de mi expresión.

Un espantoso tráfico, calles destrozadas, zonas sucias, malolientes y sin mantenimiento, un desorden de anuncios, de construcciones, sin aceras para circular, sin programas de mejora vial, con un increíble corrupción policial cada vez más descarada, con la operación de negocios sin control, ambulantes haciendo un cochinero por doquier, cables (mal) atravesados en calles de cualquier colonia, con un alumbrado público deficiente, con invasiones toleradas en muchas zonas, con nuestra nueva cartolandia en el Río Alamar, con una autoridad omisa permitiendo operación de bares después de sus horarios reglamentados, quemando cuetes en todos lados, con miles de automovilistas infringiendo el reglamento de tránsito frente a quien sea, con una Cespt haciendo hoyos en cualquier calle y permitiendo descargas de caca al mar, en fin, una vida de desorden generalizado que, a pesar de todo, no detiene ni el crecimiento económico ni las inversiones de nuestra región.

De eso vamos a hablar y aprovecharé que el 2025 inicia para proponer algo que no cuesta (mucho): agua, pintura y una escoba para hermosear la ciudad.

Que detengan todo en el Ayuntamiento de Tijuana. Que eliminen la mitad de sus dependencias (que solo duplican esfuerzos y dinero con otros ámbitos de gobierno) y nos concentremos en limpiar la ciudad. En pintar las líneas de las calles. Eliminar escombro y maleza de camellones, parques y áreas públicas. Limpiar lotes baldíos (con costo incluido en el pago del impuesto predial). Eliminar el graffiti (cada vez más grave) en puentes, edificios privados y de Gobierno. Pintar las líneas rojas de banquetas, alinear las barreras de concreto en las calles, quitar anuncios y promociones de postes, derrumbar letreros viejos y peligrosos.

¿No hay personal para todo eso? Muy bien. Que se haga una licitación para que cuatro empresas privadas nos digan cómo lograr el milagro de hacer que Tijuana se vea limpia. ¿100 millones? ¿150? ¡Qué tanto nos podríamos gastar del presupuesto de $8,600 millones de pesos del 2025! Eso sí sería hacer algo, y rápido, por esta ciudad.

Escuche que hay planes para reducir el gasto operativo del Ayuntamiento ¡Qué el ahorro sirva para hacer áreas verdes en los camellones, glorietas, gazas de incorporación de puentes y laderas de cerros. Querer es poder.

*- El autor es opinólogo enamorado de su ciudad.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí