Adicción a las pantallas

Si realmente anulan TikTok en los Estados Unidos anticipo ver escenas increíbles, muchos jóvenes adictos pueden tener una crisis. Se le llama adicción cuando se le dedican horas, a la pantalla en general y abstinencia al malestar cuando se suprime abruptamente el consumo. Muchos jóvenes están atrapados en el mensaje corto, activando vías dopaminérgicas que llevan al sujeto a repetir con otro mensaje produciendo placer, repetición compulsiva. Vemos muchos menores dedicando, quemando, tiempo. Si TikTok es detenido bruscamente serán los propios americanos los que se aislarán. La pelea entre nuestros vecinos y China parece ser el tema mayor en los próximos años, TikTok es el capítulo actual. No hay un acuerdo de cuantas horas al día es sano exponerse a mensajes cortos sin cesar, lo cierto es que cuanto más jóvenes más horas le dedican. Dicen varios expertos que no se exponga antes de los seis años de edad a estos contenidos, se quedan muy cortos, si a los siete años estás expuesto a estos contenidos, qué puedes esperar. Una nueva generación que crece con la inteligencia artificial y estas plataformas de redes sociales, es una nueva forma de procesar las ideas. Redes que atrapan mediante algoritmos que someten al individuo a un uso prolongado y compulsivo. La comunicación tiende a ser dominantemente en forma virtual, ya es norma conocerse y tratarse amorosamente virtualmente, aún con kilómetros de distancia. El sometimiento a los robots es ya una realidad, el celular es un buen ejemplo. Así como vemos al mundo sin electricidad en el pasado, así verán en el futuro el mundo sin Internet. Cuidar los tiempos de pantalla es tarea de todos, y en los menores hay que definir tiempo rigurosamente. Entretener al bebé con la pantalla ya es un clásico. La exposición del menor de dos años a la pantalla, aún con videos para su edad, es asunto delicado. Los padres mismos tienen que resistir a esa tentación. Es una exposición precoz y excesiva que estará teniendo consecuencias monumentales en las próximas décadas, ellos pueden llegar a ser padres algún día y seguir atrapados en las redes. Lo políticamente correcto es la participación en estas redes, está absolutamente normalizado. Es un fenómeno de años recientes, hace relativamente poco. Más allá de las aristas económicas y geopolíticas hay que poder hacer un alto a la dominancia de nuestra existencia por parte de robots, algunos lo intentamos, pero es inevitable participar, muchos estarán leyendo en línea esta columna, por ejemplo. Cuanto es mucho es algo que hay que debatir más, entre TikTok, YouTube, Facebook e Instagram ocupan, acorde a buenas fuentes, más de tres horas promedio en México, una hora más que el promedio mundial.

• *- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.