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Ejercicio de regularización fiscal

Los políticos no se limitan a exigirte tu dinero: quieren tu espíritu. Quiere doblegarte con sus impuestos hasta que te veas indefenso. Si subvencionamos la pobreza y el fracaso, lo que obtenemos es precisamente más pobreza y más fracaso”. James Dale Davidson

Jorge Pickett Corona

La regularización fiscal es la oportunidad que la autoridad fiscal, en este caso el Servicio de Administración Tributaria (SAT), da los contribuyentes que no presentaron su declaración de impuestos en la fecha estipulada o que no incluyeron toda la información en su declaración, de ponerse al corriente. Esta oportunidad sirve para que se pongan al día con el SAT sin que por ello sean objetos de alguna sanción, ni que sean acusados o juzgados por un delito fiscal.

Cabe destacar que no es lo mismo una “Invitación a cumplir con tus obligaciones fiscales” que un “requerimiento formal de cumplimiento”. El primero es una notificación “amigable” del sistema del SAT, su propósito es alertar al contribuyente sobre alguna omisión u error, lo segundo implica iniciar un proceso legal que compromete al contribuyente a proceder de otra manera. De tal suerte que la regularización fiscal puede darse de dos maneras: la voluntaria y la obligatoria.

El primer caso, el que ocurre de manera voluntaria, el fisco federal tiene a bien enviar un correo a los contribuyentes haciéndoles la invitación a regularizar su situación fiscal. De modo que se da una suerte de amnistía fiscal, la amnistía fiscal ocurre cuando el Estado y la autoridad fiscal disculpan a los contribuyentes sus responsabilidades penales por no cumplir con sus obligaciones fiscales, esto a cambio del pago de sus adeudos fiscales por supuesto.

La obligatoria, se da cuando el SAT envía un requerimiento de pago al contribuyente. En esos casos, si la autoridad fiscal tiene razón, el contribuyente, además de pagar los impuestos pendientes, se hace acreedor a las sanciones correspondientes de acuerdo al delito fiscal. De hecho, si un contribuyente recibe dicho requerimiento es sujeto a sanciones por parte de la autoridad. Aunque claro, siempre se puede apelar o llegar a algún acuerdo para cubrir las multas y volver a estar en regla.

En todos los casos, uno de los elementos fundamentales para que la regularización se lleve a cabo con éxito, es el reconocimiento del error, es decir, aceptar que determinado impuesto no fue pagado, posteriormente habrá que pagar esa deuda a la autoridad fiscal. Si el proceso de regularización se lleva a cabo de esa manera no debe haber sanción de ningún tipo, ni acusación o señalamiento alguno por delito fiscal.

  • *- El autor es Abogado Fiscalista.

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