Me da pena por el Tianguis Turístico

Si en algo nos concentramos los destinos turísticos y toda la cadena de valor involucrada en su gestión, ya sea gubernamental o privada, es en la correcta promoción de los atractivos y servicios de nuestras regiones para los potenciales visitantes.

En una acertada idea por posicionar a Baja California, el Gobierno del Estado y la Secretaría de Turismo local, se postuló para ser la sede del más grande evento de promoción de los destinos del país: El Tianguis Turístico de México. Un evento donde las grandes empresas prestadoras de servicios turísticos y los Estados recibimos a promotores, agentes de viajes, organizadores de eventos, comercializadores e intermediarios de todo el mundo, interesados en comprar paquetes y servicios para disfrutar a México, sus tradiciones, su cultura y sus bellezas.

El evento, organizado por una empresa privada que lo tiene concesionado desde hace muchos años, ya está listo para realizarse a finales de abril en el centro de convenciones Baja Center en Playas de Rosarito y se espera un lleno total de habitaciones de hoteles con los más de 5 mil visitantes.

Solo un “pequeño” detalle: estoy apenadísimo con recibirlos en Tijuana y me temo que pueda resultar contraproducente para nuestra zona.

Me explico. No hay una sola área, barrio, colonia de la ciudad para presumir. Todo está sumido en un mar de basura, malos olores, falta de mantenimiento, falta de jardinería, mal alumbrado público, banquetas destrozadas, tráfico infernal, mal transporte público, exceso de graffiti, un sin número de población sin hogar deambulando en la calle, falta de señalización adecuada, obras estatales y federales sin acabar camino al evento, en fin, un mundo de trabajos pendientes acumulados durante años de malos gobiernos.

Si, la intención es excelente por parte de los funcionarios estatales para los resultados que se esperan, pero, desafortunadamente, no estamos listos -ni creo que estaremos en tres escasos meses que faltan- para recibir una avalancha de medios de comunicación internacionales y promotores de todo el mundo presentándoles una ciudad medianamente digna.

Si, haremos un excelente esfuerzo por sonreír y presentarnos como un gran destino, pero eso no quita, ni tapa, el muladar en el que vivimos.

El otro día platiqué con el Alcalde Burgueño sobre el tema y aún cuando prometió que limpiaría la ciudad, no veo interés -ni mucho menos dinero públicopara resolver cuando menos por encima, los graves problemas de infraestructura y servicios que tenemos por “donde verá la suegra” en los días del evento. ¿Me quieres tachar de pesimista? Date una vuelta, con ojo crítico, saliendo del Aeropuerto de Tijuana o la Garita Internacional San Ysidro hacia Playas de Rosarito por la carretera libre y regrésate por la de cuota y la Avenida Internacional. Un absoluto cochinero (por decirlo tranquilamente y sin apasionamientos). Me buscas cuando hayas terminado el circuito y nos vamos juntos a llorar por nuestra ciudad.

O metemos el acelerador a niveles de la Fórmula 1 o en mayo estaremos lamentándonos de haber perdido una gran oportunidad de posicionamiento como ciudad y región turística. No es broma, ni grilla política ni mi opinión personal. Son los hechos.

• *- El autor es un opinólogo enamorado de su ciudad.