Urge más ciudadanía
“Frente a los peligros que enfrentan nuestras sociedades interdependientes, es tiempo de acción, de participación, de no resignarse.” Stéphane Hessel
En nuestro País, hemos tenido, por muchos años, una gran apatía ciudadana y pensamos que todos los problemas que puede enfrentar México, deben ser resueltos única y exclusivamente por papá gobierno. Seguramente ello, es un vicio que venimos arrastrando desde la época colonial, en que todas las cuestiones eran decididas desde España y a los mexicanos, sochino, lo nos tocaba agachar la cabeza, agradecer al gran líder que nos resolvía la vida, pero nunca nos hicieron independientes. Es probable que desde la dominación azteca hayamos aprendido a bajar la cabeza y a no pensar por nosotros mismos.
El caso es que todos nuestros gobiernos nos han tratado como niños que no sabemos cómo resolver la vida diaria. En ese sentido, nos hemos acostumbrado a exaltar la figura de los políticos y no tomamos en cuenta ni nos interesa en general el trabajo de los legisladores federales y locales y mucho menos de los síndicos y regidores. Ya ni qué decir del Poder Judicial ese lo entendemos menos.
Esa apatía nos ha llevado a sufrir con malos gobernantes y a aguantar atropellos de aquellos que en vez de servir, se han servido de sus cargos para enriquecerse. Las consecuencias de esos actos son el desinterés en las cuestiones de gobierno que en el corto plazo nos llevan a incrementar notablemente el abstencioen nismo y poco a poco al desgano ciudadano.
Bobbio opina que: “Dónde gobiernan las leyes, ahí está el reino de la justicia; donde gobiernan los hombres, ahí está el reino del arbitrio.
Cada uno de nosotros, como miembros de una comunidad, tenemos una responsabilidad hacia los demás para mejorar nuestro entorno y construir día con día una sociedad mejor. Esta responsabilidad se fundamenta en la solidaridad que debe existir entre los individuos que forman una comunidad, ya que todos comparten el interés por ir perfeccionando su convivencia y sus condiciones de vida. Lo que conserva unida a una sociedad es la confianza que sus miembros tienen en sí mismos y en los demás.
El fortalecimiento de nuestra democracia nos da la oportunidad de comenzar a crear las condiciones para el restablecimiento de la confianza en nosotros mismos y en el futuro de México. Si bien la democracia no puede por sí sola corregir todos nuestros problemas de forma automática, sí nos permite construir un espacio de diálogo, libertad, tolerancia y respeto para discutir los conflictos que nos afectan y buscar entre todos las posibles soluciones.
El derecho a la libertad de acción significa que cada uno debe poder actuar según su propio juicio, sin coacciones y sin más limitaciones que las que impone el respeto a los derechos de las demás personas. Esta libertad de acción engloba a las libertades de tránsito, de asociación, de producción, de comercio y de reunión.
Decía Pío Baroja en España que a una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre y lamentablemente esto es lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. Por ello, en la medida en que nos interesemos en el quehacer ciudadano, seremos mejores mexicanos.
- *- El autor es asesor empresarial en cabildeo.
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