Historias que nos llenan de orgullo
Es muy significativo y emocionante comenzar a compartir con ustedes este espacio al que he denominado Crónicas de la frontera.
Es muy significativo y emocionante comenzar a compartir con ustedes este espacio al que he denominado Crónicas de la frontera. Debo de reconocer que su nombre no fue algo premeditado , pero justo hoy al momento de empezar a escribir, me doy cuenta que en el título de esta columna están los nombres de los dos periódicos que Grupo Healy ha impulsado en Baja California: La Crónica y Frontera, dos medios de comunicación que han hecho época y que hoy me dan la oportunidad de dialogar con ustedes a través de este espacio. Realmente se los agradezco .
Ustedes se preguntarán ¿Y de qué se trata Crónicas de la frontera? Se trata de poder compartir con ustedes múltiples historias que han sucedido en nuestras ciudades pero que no muchas personas han tenido la oportunidad de conocer.
A menudo caminamos por calles que están llenas de relatos fascinantes que se han ido perdiendo con el tiempo.
En el caso de Mexicali he tenido la fortuna y el honor de trabajar en la recuperación de su Centro Histórico desde 2019 a la fecha apoyando a mi esposa Marina del Pilar desde que era presidenta municipal de la capital de Baja California,
Actualmente esa labor se ha ampliado en las ciudades de Tijuana y en alguna propuesta que presenté en Ciudad Juárez.
No me toca hablar en esta columna de los resultados de estos programas .
Lo interesante es que caminando por las calles de estos centros históricos y platicando con la gente, me fui encontrando con un sinfín de relatos que he decidido compartir con ustedes en este espacio.
Pensemos por un momento en Mexicali, una ciudad que surge en medio del desierto que recibió a la mayor migración china que ha llegado a Latinoamérica.
Un lugar en donde Rodolfo Valentino contrajo nupcias ilegalmente y donde Al Capone se divertía por las noches en el cabaret más grande y lujoso de la frontera.
Unas calles bajo las cuales existe una ciudad subterránea y en donde nació el cine más elegante del norte de México
Un lugar que le dio el empujón inicial a los Tigres del Norte cuando eran unos adolescentes y donde Soda Stereo creó su canción más famosa.
La casa de la mejor comida china del mundo, en cuyas calles nació el baile del Maromero Páez y se escuchó cantar a Chalino Sánchez. Eso es Mexicali, pero no tanta gente lo sabe.
Muchas de estas historias las hemos narrado en nuestro libro Crónicas de la frontera I. Pedro Infante en el Cine Curto que escribí trabajando en equipo con mi amigo y maestro en estas tareas Daniel Salinas.
Pero si Mexicali esta lleno de grandes relatos Tijuana tiene otros tantos por narrarnos.
El nacimiento de la antigua calle Olvera que después se llamaría Avenida A y que hoy conocemos como Avenida Revolución marcó el pulso de la ciudad. En esa calle surgió el emblemático hotel y restaurante Caesar’s, cuna de nuestra deliciosa ensalada. La misma avenida donde años después nacería el rock mexicano de la mano de Javier Bátiz y Carlos Santana. Una avenida con un rico pasado, por donde caminaron desde Mario Moreno Cantinflas, Miroslava , Frank Sinatra, Richard Nixon, por mencionar algunos.
Por muchas razones las historias de la cultura popular que se conocen en nuestro país están concentradas en la Ciudad de México y es lamentable porque tenemos una gran riqueza cultural en nuestra frontera. La intención en este espacio periodístico que hoy arrancamos, es poderles compartir muchas de estos relatos y sobre todo dialogar con ustedes. Si ustedes tienen historias o anécdotas que compartir me encantará conocerlas.
Bienvenidos a Crónicas de la Frontera.
*Esta es una serie de publicaciones especiales del autor, quien colabora en la regeneración de los centros históricos de Mexicali y de Tijuana.
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