Conocían el nivel de corrupción
De repente un día, 189 agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Tecate, sin previo aviso, son llevados a la ciudad de Mexicali en donde se les informa que se procederá a aplicarles los exámenes de control y confianza.
Por del derecho a la libertad de expresión.
De repente un día, 189 agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Tecate, sin previo aviso, son llevados a la ciudad de Mexicali en donde se les informa que se procederá a aplicarles los exámenes de control y confianza. Este es uno de los requisitos más exigentes que deben aprobar, para poder continuar sus actividades como policías municipales. El nerviosismo se apoderó de la mayoría de ellos, pues saben que hay cosas que no pueden ocultar. La dinámica que se conoce de otros años es que, después de examinar a un aparte de la corporación municipal, luego vienen por el resto. Mientras esto sucede, llegan a nuestra ciudad agentes estatales, así como miembros de la Guardia Nacional, quienes se encargarían de vigilar la ciudad. La comunidad se mansalud en un estado de expectación, observando con cautela cada movimiento de los agentes externos. Las calles, normalmente bulliciosas, adquirieron una calma inquietante mientras los ciudadanos se adaptaban a la presencia de nuevas fuerzas del orden. Algunos se sentían incómodos, otros esperanzados, pero todos compartíamos la sensación de que algo importante estaba en marcha.
Los resultados de los exámenes solo reafirmaron lo que los tecatenses ya sabíamos: la corrupción reina en la corporación. Del total de policías que se llevaron y les aplicaron los exámenes, solo lo aprobaron 89 agentes municipales. Fue el 42 %, aproximadamente el total de reprobación, o sea, 100 agentes no lograron comprobar su honestidad. Con mucha frecuencia los ciudadanos, los comentaristas de los medios, los periodistas y los articulistas, habíamos externado nuestros puntos de vista y proporcionado datos al respecto. No obstante, las autoridades municipales hicieron caso omiso y no procedieron a la investigación, por consiguiente, son responsables y también deben ser investigados para que se les finquen responsabilidades.
La sindicatura municipal de la presente administración y las anteriores, tienen muchas cosas que explicar. Sobre todo, deben hacer públicas el total de quejas ciudadanas por abusos policíacos, y el seguimiento que hicieron de las mismas. Los ciudadanos fuimos testigos de cómo los agentes policíacos llevaron a cabo prácticas incorrectas, y negociaciones ilegales que les aplicaban a las personas que estaban siendo infraccionadas. Era notorio que se practicaba el acoso y la extorsión, principalmente a los vehículos extranjeros. Hubo ocasiones en que, al mismo tiempo, estaban infraccionando a varios choferes con vehículos de reciente modelo. Resultaba ridículo creer que todos habían cometido faltas, sobre todo porque las luces de los estrobos los hubieran prevenido del riesgo inminente.
Los Síndicos procuradores Gonzalo Higuera Bojórquez, María Teresa Méndez Vélez y Sarahí Osuna Arce, actualmente en funciones, están obligados a dar amplias explicaciones del porqué no iniciaron los procedimientos de investigación y deslinde de responsabilidades, a todos los policías, existiendo tantas evidencias sobre su mal proceder. Todo indica que llegaron a la sindicatura a pasarse un período de muy buenos ingresos, pero de escaso trabajo en beneficio de la comunidad. A estos funcionarios de la sindicatura también se les debe aplicar la Ley de Responsabilidades, por incumplir con sus obligaciones.
Ahora que las administraciones municipales han reprobado con sus tareas, se debe procurar establecer mecanismos de vigilancia constante, así como el cumplimiento de metas en el corto plazo, que nos aseguren que están desempeñando cabalmente sus obligaciones. Es de primera importancia que Tecate tenga un cuerpo de policías responsable y apegado a la ley. La incorporación de los nuevos elementos los obliga a llenar cada uno de los requisitos legales, para que puedan ser admitidos en las corporaciones policíacas. Los tecatenses debemos comenzar a ser tratados con dignidad y respeto, sin ser objeto de robos, mordidas o extorsiones. Merecemos tener un cuerpo de policía que actúe con legalidad y que inspire respeto y confianza. No queremos policías que nos inspiren miedo. Vale.
*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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