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Evolución de la inseguridad en México (segunda parte)

“Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.” Giovanni Boccaccio

Ignacio  Calderón Tena

En el artículo anterior, hablábamos de cómo había ido cambiando el mapa delictivo en México en los últimos 50 años, hasta llegar a la actual lucha contra las drogas, la cual ha hecho que todas las baterías se dediquen a combatir a las principales bandas criminales, lo cual ha provocado enfrentamientos constantes y muchas muertes a lo largo y ancho del país.

Durante las últimas décadas, México ha estado reportando índices de arriba del 95% de impunidad, en buena parte por el hecho de que las víctimas no denuncian, otro tanto por la tramitología y también por el contubernio que existe entre el crimen organizado y muchas autoridades encargadas de la procuración de justicia.

Mientras tanto, la delincuencia se ha empoderado y ahora es frecuente conocer de casos en los que la delincuencia ataca a nuestras fuerzas federales, último bastión de defensa de nuestro estado de Derecho. Todo esto ha hecho que los delincuentes se sientan y los vean como invencibles y poderosos, el ejemplo más claro es el cobro de derecho de piso que se ha expandido por todo el país y a todo tipo de negocio.

Por otro lado, cuando escuchamos a una autoridad justificarse y decir que determinado delito es de índole federal y que por lo tanto no le compete, nos hace recordar que los delincuentes jamás analizan si el delito que van a cometer es del fuero común o de competencia federal. La delincuencia no distingue entre jerarquías, nosotros tampoco debemos hacerlo.

En una conferencia con un alto funcionario de la Policía Nacional Francesa, nos comentaban que en Francia solo hay 2 policías, una policía rural y la Policía Nacional, con lo cual se evitan discrepancias en la competencia de unos y otros. En nuestro estado existen 23 tipos de policías, entre ministeriales, AFI, de tránsito, fiscales, estatales, betas, de Tecate, de Rosarito, etc. lo cual permite a cualquier delincuente evadir a la autoridad fácilmente.

Aunado a lo anterior, debemos considerar los estándares mundiales en el número de agentes policiacos. De acuerdo a datos de la UNESCO, la recomendación ideal en el tema de la inseguridad, es que los países destinen el equivalente a un 4% del PIB a políticas de prevención y a seguridad, sin embargo en nuestro país, ese porcentaje llega apenas al 1%, lo cual es insuficiente para la magnitud del problema.

Las fallas en el combate a la delincuencia pueden ser por ineficiencia, temor o complicidad de quienes teniendo la responsabilidad no la ejecutan adecuadamente y cualquiera de estas 3 causas son extremadamente graves.

Otro asunto que es preocupante es el hecho de que cada vez es más frecuente ver en Tijuana autos sin placas, con vidrios polarizados o con luces estroboscópicas que se pasean sin ningún recato por la ciudad en actitud amenazante.

Ya es tiempo que todos trabajemos en establecer una cultura de legalidad y que respetemos nuestros ordenamientos jurídicos por sencillos que éstos sean, desde no tirar basura, respetar la luz roja, etc. Para que pronto obliguemos a los demás a hacer lo mismo o a abandonar nuestras comunidades. Suena utópico y a muy largo plazo, pero hay que empezar.

  • *- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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