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¿De dónde vienen esas decisiones?

A la juventud de cualquier época, siempre se le presentan situaciones inéditas en las cuales, al tomar decisiones negativas, redundarán en circunstancias graves que los marcarán de por vida.

José Roberto  Vázquez

Por el derecho a la libertad de expresión.

A la juventud de cualquier época, siempre se le presentan situaciones inéditas en las cuales, al tomar decisiones negativas, redundarán en circunstancias graves que los marcarán de por vida. Como ya sabemos, los diversos escenarios que se presentan año con año son definidos por las circunstancias que los rodean. La situación económica mundial, cuyo impacto es global y afecta directamente a las familias; el predominio de la cultura del individualismo, así como la adoración y el anhelo de la riqueza, han convertido a muchos de nuestros jóvenes en seres egoístas, que centran sus intereses en la búsqueda de las cosas materiales, antes que el crecimiento cualitativo de la humanidad.

Los estereotipos que les estamos heredando a nuestros hijos, están enmarcados dentro de una sociedad anarquista, con la predominancia real y efectiva, del crimen organizado y la actitud valemadrista de los tres niveles de gobierno. Nuestros hijos están conscientes del abandono de las responsabilidades de los funcionarios gubernamentales, especialmente los encargados de la seguridad pública. Saben nuestros futuros ciudadanos, que los niveles de corrupción en los organismos policíacos y en las fuerzas armadas en general, son muy altos. También conocen que la impunidad reina en el país. Por consiguiente, una de las alternativas que tienen para obtener ingresos significativos, es convertirse en un delincuente, pues la posibilidad de ser aprehendidos y llevados ante la justicia es altamente imposible. De manera que los prototipos que desean encarnar, son ser sicarios, miembros del crimen organizado, pues son los sujetos que los motivan con sus carrazos y con sus actitudes desafiantes y bravuconas contra todo.

Traigo todo esto a colación por el caso de la pareja de jóvenes que decidieron, ambos, deshacerse del niño recién nacido, tirándolo en la calle en una bolsa de plástico, creyendo que así se libraban de un estorbo y que saldrían bien librados. ¿Cómo es que toman esa decisión tan inhumana? La verdad es que no hay forma de justificarlos. El padre, que es un joven de 18 años, tiene a su madre indignada por su proceder. Ella afirma que no lo va a proteger ni a justificar. Por el contrario, lo llevó a una agencia del Ministerio Público para entregarlo y se le investigara y castigara por el delito que resultase. La mamá del niño que tiraron trató de hacerse la inocente y afirmó que ella no tenía la culpa de nada. Sin embargo, las conversaciones que les encontraron en sus teléfonos la hunden y será investigada y, esperamos, castigada también.

No podemos afirmar que este suceso negativo e inhumano, es la última perversión que hemos conocido. Nuestra sociedad está llena de ejemplos que denigran a la humanidad. Hemos conocido actos de barbarie en los cuales, delincuentes asesinan con frialdad, a niños de brazos, junto con su madre y sus hermanos; también hay casos en los que han incendiado casas con sus habitantes dentro de ellas; o eventos en los que aniquilan a los padres y abuelos enfrente de los hijos, sin hacerles daño físico a ellos, pero desgraciándoles la vida por siempre.

Siendo trágicamente racional, los padres de este recién nacido y tirado a la calle como cualquier basura, pudieron haber sido más crueles, asesinándolo para así librarse de él. Tanto lo despreciaban que, no decían el niño sino eso. El pobre no alcanzó a ser considerado un ser humano, sino un estorbo que les complicaría la vida y se las convertiría en un infierno.

La verdad fría y sencilla es, que a ese par les urge ser confinados en una celda para que paguen por ese acto cruel, pero también deberían ser obligados a recibir terapias que les devuelvan el respeto por la vida y por la humanidad. Los que tendrán doble suplicio son los abuelos. Vale.

*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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