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El deterioro del empleo en México y Baja California: ¿Causas internas o externas?

En los últimos meses, se ha experimentado una desaceleración en la creación de empleos formales.

Ismael  Plascencia López

En los últimos meses, se ha experimentado una desaceleración en la creación de empleos formales. Factores como las políticas comerciales internacionales, los incrementos salariales y la incertidumbre económica han influido en la disminución de la generación de puestos de trabajo y en el cierre de empresas, particularmente en el sector manufacturero.

A nivel nacional, se registraron únicamente 213,993 nuevos puestos de trabajo formales en 2024, una cifra muy inferior a la meta anual de 1.2 millones de empleos. Además, diciembre de 2024 cerró con 405,259 empleos perdidos, la mayor caída mensual desde que se tiene registro.

Baja California ha sido una de las entidades más afectadas. Datos del IMSS revelan que en enero de 2025 se dieron de baja 843 patrones en Baja California, lo que equivale a 27 negocios cerrados diariamente. Además, siete compañías manufactureras cerraron operaciones en el estado en 2024, provocando la pérdida de 23,000 empleos en el sector.

Tijuana, ha resentido particularmente esta crisis. La combinación de altos costos operativos, incertidumbre fiscal y menor dinamismo en la maquila ha generado dificultades para las empresas, muchas de las cuales han optado por trasladar sus operaciones a regiones con menores costos laborales.

Uno de los factores internos que han contribuido a esta desaceleración es el incremento del salario mínimo, que en enero de 2025 subió 12%. Aunque mejorar los salarios es positivo para los trabajadores, cuando los aumentos no están respaldados por incrementos en la productividad, pueden traducirse en despidos y cierre de empresas.

La productividad en México ha crecido a un ritmo muy por debajo de los aumentos salariales. En cambio, los salarios han subido de manera acelerada, lo que incrementa los costos laborales y reduce la competitividad de las empresas. Cuando los salarios suben sin un aumento en la producción por trabajador, las empresas enfrentan tres opciones: trasladar el costo al consumidor con precios más altos, reducir su plantilla laboral o cerrar operaciones. En Baja California, muchas han optado por la última alternativa, afectando el empleo formal en la región.

Países como Corea del Sur han logrado combinar aumentos salariales con productividad porque invierten en tecnología, educación y eficiencia. En México, sin políticas claras para mejorar la productividad, el riesgo es que el alza de salarios termine perjudicando a los trabajadores en lugar de beneficiarlos.

La generación de empleo enfrenta un panorama complicado. Mientras las políticas comerciales de Trump afectan sectores clave, las decisiones internas sobre salarios y regulaciones han añadido presión a las empresas. Un aumento salarial sin mejoras en productividad no solo encarece la operación de las empresas, sino que también reduce su capacidad de generar nuevos puestos de trabajo e incrementa la economía informal.

Si México quiere mejorar los ingresos sin afectar el empleo, es crucial que los aumentos salariales vayan de la mano con estrategias para elevar la productividad. No olvidemos que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones, desafortunadamente la realidad nos muestra que la competitividad y el incremento en los niveles de bienestar de la población no se logran con decretos ni medidas demagógicas sino con apuestas a la educación, la capacitación y la innovación en el sector productivo.

*El autor es Doctor en Economía, Maestro en Desarrollo Regional, asesor y consultor empresarial.

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