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Instituciones fuera de la ley

POR EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

José Roberto  Vázquez

En México, desde hace mucho tiempo, están sucediendo cosas que no debían de pasar en instituciones formales y legales. Estas entidades, por obvias razones, son los sitios en los cuales el mandato supremo debe ser la legalidad. Sin embargo, la enorme corrupción y la ingobernabilidad los han convertido en lugares donde se promueve y trafica con la ilegalidad. Quienes, por desgracia, han sido víctimas de esta desfachatez y la han denunciado, saben qué difícil es lidiar con ella. Es una exigencia modificar este estado de cosas, y elevar la impartición de la justicia al sitio que le corresponde. Especialmente ahora que está por iniciarse el proceso de elección de jueces y magistrados del nuevo sistema de justicia. No obstante, conociendo cómo se las manejan en el área judicial, poco y positivo sucederá.

Keren Selsy Ordoñez, según datos tomados de la agencia sdpnoticias, fue condenada a 50 años de prisión por un secuestro que no cometió. Un día, aún convaleciente de una cesárea y a un mes de nacida su hija, salió de su casa para ir a recoger un dinero que le entregaría su pareja. De allí, los policías ministeriales y federales de Tlaxcala se la llevaron junto con el papá y otro hombre. En el trayecto a las instalaciones de la policía, la golpearon y la obligaron a firmar una declaración falsa, amenazándola con quitarle a su bebé. Después la condenaron a 50 años de prisión. A su pareja lo dejaron libre a los cinco años de cárcel, y ella salió libre siete años después, luego de que le inventaron cargos, de que la torturaron y le quitaron a su hija amenazándola con desaparecerla, y de enfrentar una lucha legal contra la discriminación hacia las mujeres. sola enfrentó a las policías ministeriales y federales, así como al sistema judicial de Tlaxcala.

María José, de 17 años, según datos tomados de la agencia Infobae, fue asesinada dentro de su hogar por Miguel ¨N¨, sujeto que la apuñaló inmisericórdemente. Al momento que cometía este crimen llegó la mamá e intentó detenerlo, pero fue apuñalada y ahorcada, sin que lograra asesinarla. El sujeto fue tratado como presunto agresor, a pesar de que fue entregado inmediatamente. La Fiscalía de la Ciudad de México lo estaba acusando de haber cometido feminicidios y desapariciones, y tenía tres carpetas de investigación previas. Miguel ¨N¨ murió de manera sospechosa dentro del penal, pero dos días antes, se comunicó por teléfono desde el Reclusorio Oriente, con Fernanda, hermana de María José, para burlarse de ella y de decirle que no se arrepentía. ¿Cómo obtuvo el número de teléfono? ¿Quién dentro del penal permitió que esto sucediera? Obviamente, existe un amplio espacio de ilegalidad para que, inclusive dentro de los penales, se pueda continuar violando la ley. Nuestro sistema de justicia no llega, ni, aunque sea, a la igualdad de circunstancias entre hombres y mujeres. Ellas siguen teniendo serias desventajas contra los hombres. La prueba real que ejemplifica esta terrible desigualdad es la actitud de las diputadas que, en el Congreso de la Unión, apoyaron a Cuauhtémoc Blanco, para que no fuera desaforado, y se le pudiera juzgar por tentativa de violación a su hermanastra.

Estos casos mencionados son la evidencia de que México no cuenta con un sistema de justicia. Cuando los policías en cualquier entidad de la república modifican en su beneficio las faltas administrativas y los delitos del fuero común o del fuero federal, y utilizando la presión verbal o la tortura, en cualquiera de sus dimensiones, obtienen una confesión, llevando a los ciudadanos a pagar multas injustificadas, o a terminar encerrados con una condena carcelaria, el sistema de justicia y quienes en el trabajan, se convierten en cobardes y delincuentes. Vale.

  • * El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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