La fábrica de aviones de Tijuana
Hace casi cien años, cuando la aviación apenas empezaba a popularizarse en el mundo, se fabricaron los primeros aviones mexicanos y los tijuanenses tenemos el orgullo de que esas primeras aeronaves fueron hechas en Tijuana.

Hace casi cien años, cuando la aviación apenas empezaba a popularizarse en el mundo, se fabricaron los primeros aviones mexicanos y los tijuanenses tenemos el orgullo de que esas primeras aeronaves fueron hechas en Tijuana.
El visionario y emprendedor Abelardo L. Rodríguez, entonces gobernador del Distrito Norte de la Baja California, se dio cuenta que en el vecino país estaba en auge la fabricación de aviones.
Don Abelardo fue sin duda un personaje polémico, pero no podemos negar que tuvo una enorme visión y que fue un gran impulsor de la industrialización de nuestro estado .
Anticipando que el avión sería el gran medio de transporte del futuro, Abelardo decidió emprender una fábrica de aviones en Tijuana.
Fue el 3 de noviembre de 1927 cuando se constituyó formalmente la Compañía Aérea de Construcción y Transportes, S.A. cuyo socio mayoritario era el general Abelardo L. Rodríguez.
Para consolidar este proyecto , don Abelardo invitó a trabajar al ingeniero José Flavio Rivera y al piloto aviador Luis Farell, quienes coordinarían los aspectos mecánicos.
En un gran terreno baldío que se ubicaba en lo que actualmente es el cruce de la Avenida Madero y la calle Primera, cerca de donde hoy está el Museo de Cera, se instaló un enorme galerón en donde fueron llevadas las piezas.
De los primeros tres aviones que se fabricaron en Tijuana, el que se inmortalizó en la historia fue el segundo, bautizado como Baja California II. Era un avión monoplano con un motor radial Wright de nueve cilindros
El hombre que condujo ese avión tijuanense fue el capitán Roberto Fierro Villalobos, nacido en Ciudad Guerrero Chihuahua en 1897, quien se formó como piloto en la naciente Fuerza Aérea Mexicana.
Claro, hasta ese entonces Fierro solo había pilotado aviones fabricados en Estados Unidos y lo había hecho en distancias cortas.
Su reto con el Baja California II sería de proporciones mayores, pues debería probar un avión fabricado enteramente en México en una distancia nunca antes cubierta en el país, pues Roberto Fierro tenía el desafío de volar desde Baja California hasta la capital de la República, con el antecedente de que el primer avión de la fábrica, el Baja California I, se había desplomado.
El Baja California II despegó de la Laguna Salada en Mexicali a las 2:00 de la mañana del 30 de mayo de 1928.
Cuenta el capitán que por un descuido tuvo que maniobrar en pleno vuelo para ajustar el tanque de la gasolina.
Al carecer de equipo de radiocomunicación, la única forma en que se podía monitorear desde tierra la evolución del vuelo era por medio de las estaciones del telégrafo.
Los telegrafistas se la pasaban mirando al cielo y cuando veían pasar el avión enviaban un telegrama para confirmar que la aeronave no se había derrumbado
Pasadas las cinco de la tarde, Roberto Fierro aterrizó en los llanos de Balbuena en la Ciudad de México. Una multitud encabezada por el Presidente de la República, Plutarco Elías Calles fue a recibirlo como un héroe.
Las hazañas de Fierro y el Baja California II no acabaron ahí. Tres meses después de su hazaña, el 10 de agosto, Fierro volvió a subir al avión tijuanense y completó el primer vuelo entre Ciudad de México y La Habana en donde el pueblo cubano también lo recibió como héroe.
Posteriormente, continuó su gira y a bordo del Baja California II llegó a Panamá, Costa Rica y Guatemala.
En aquel entonces cada viaje era un desafío en donde las posibilidades de tener un accidente eran muy elevadas. Apenas un mes antes, el joven capitán Emilio Carranza, gran amigo de Fierro, se había matado en Carolina del Sur al intentar completar el primer viaje entre la Ciudad de México y Washington.
Roberto Fierro vivió para contarla y se mantuvo activo en la Fuerza Aérea Mexicana hasta el año de 1972. Murió en 1985 a los 88 años de edad.
Tijuana, cuna de los primeros aviones mexicanos, se ha consolidado como la indiscutible capital de la industria aeroespacial moderna en el país.
Dentro de tres años, festejaremos un siglo de aquel mítico vuelo emprendido por un valiente y joven piloto a bordo de un avión orgullosamente hecho en Tijuana.
*Esta es una serie de publicaciones especiales del autor, quien colabora en la regeneración de los centros históricos de Mexicali y de Tijuana.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí